Descubre las claves del síndrome cardiovascular-renal-metabólico: Prevención y tratamiento

El síndrome cardiovascular-renal-metabólico, definido recientemente por la American Heart Association (AHA), engloba las interacciones complejas entre los sistemas cardiovascular, renal y metabólico, y se caracteriza por disfunciones que afectan múltiples órganos. Este artículo revisa en profundidad la patofisiología, los factores de riesgo, los biomarcadores emergentes y las estrategias de manejo para este síndrome, proporcionando una visión integral basada en literatura reciente.

Introducción

El síndrome cardiovascular-renal-metabólico se describe como un trastorno sistémico donde las interacciones entre los sistemas cardiovascular, renal y metabólico generan disfunción multiorgánica. Este síndrome tiene una prevalencia significativa, afectando aproximadamente al 25-30% de la población mundial. Las enfermedades no transmisibles como la enfermedad cardiovascular (ECV), la enfermedad renal crónica (ERC) y la diabetes tipo 2 (DT2) están intrínsecamente vinculadas al síndrome cardiovascular-renal-metabólico, creando un ciclo de deterioro funcional que aumenta el riesgo de mortalidad y morbilidad.

La AHA clasifica el síndrome cardiovascular-renal-metabólico en cinco etapas progresivas:

  1. Etapa 0: Ausencia de factores de riesgo.

  2. Etapa 1: Signos tempranos de adiposidad disfuncional.

  3. Etapa 2: Factores de riesgo cardiometabólicos visibles.

  4. Etapa 3: ECV subclínica y factores de riesgo reno-metabólicos.

  5. Etapa 4: ECV clínica con o sin ERC.

Factores de riesgo asociados

Los factores de riesgo del síndrome cardiovascular-renal-metabólico pueden clasificarse en modificables y no modificables. Entre los modificables destacan:

  • Obesidad central y adiposidad visceral: Asociadas a inflamación sistémica.

  • Resistencia a la insulina y DT2.

  • Dislipidemias: Niveles elevados de LDL y triglicéridos, y niveles bajos de HDL.

  • Hipertensión arterial.

Entre los factores no modificables se incluyen la edad, antecedentes familiares y factores genéticos. Además, los determinantes sociales de la salud, como el acceso limitado a la atención médica y los estilos de vida poco saludables, también contribuyen significativamente.

Patofisiología del síndrome cardiovascular-renal-metabólico

El síndrome cardiovascular-renal-metabólico implica mecanismos interconectados que afectan la homeostasis cardiovascular, renal y metabólica:

1. Inflamación crónica

  • La inflamación de los tejidos adiposos libera citocinas proinflamatorias como IL-6 y TNF-α, lo que exacerba la resistencia a la insulina y el daño endotelial.

  • La inflamación también activa el sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA), contribuyendo a la hipertensión y al remodelado vascular.

2. Estrés oxidativo

El desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y la capacidad antioxidante induce daños en los tejidos, favoreciendo la disfunción cardiovascular y renal.

3. Disfunción del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA)

La activación inapropiada del SRAA promueve la retención de sodio, hipertensión, fibrosis y daño renal.

4. Alteraciones en el tejido adiposo

El tejido adiposo epicárdico y perirrenal inflama y compromete estructuras vasculares y renales. Además, la adiposidad disfuncional contribuye a la resistencia a la insulina y la inflamación sistémica.

Biomarcadores emergentes para el síndrome cardiovascular-renal-metabólico

El uso de biomarcadores puede mejorar la detección y estratificación del síndrome cardiovascular-renal-metabólico en etapas tempranas. Entre los principales biomarcadores destacan:

1. Ácido úrico sérico (AUS)

  • Asociado con disfunción endotelial, resistencia a la insulina y activación del SRAA.

  • Considerado un factor de riesgo independiente para la ERC, la ECV y la DT2.

2. Leptina

  • Asociada con hipertensión, disfunción endotelial e inflamación.

  • Altos niveles séricos indican adiposidad disfuncional.

3. Aldosterona

  • Niveles elevados están relacionados con rigidez vascular, inflamación y daño renal.

4. Bilirrubina

  • Posee efectos antioxidantes y mejora el remodelado ventricular izquierdo.

5. Soluble neprilysin (sNEP)

  • Indicador de estrés tubular renal y enfermedades cardiovasculares.

Estrategias de diagnóstico

El diagnóstico del síndrome cardiovascular-renal-metabólico se basa en la evaluación de factores de riesgo metabólicos, cardiovasculares y renales:

  1. Evaluación clínica: Medición de presión arterial, índice de masa corporal y circunferencia de cintura.

  2. Pruebas bioquímicas: Perfil lipídico, glucosa en ayunas, función renal (tasa de filtrado glomerular y albuminuria).

  3. Biomarcadores: Evaluación de ácido úrico, leptina y aldosterona para estratificar el riesgo.

Manejo y tratamiento

El tratamiento del síndrome cardiovascular-renal-metabólico debe ser multidisciplinario, abordando simultáneamente los factores de riesgo y las comorbilidades:

1. Modificaciones en el estilo de vida

  • Dieta: Restricción calórica, reducción de grasas saturadas y azúcares.

  • Actividad física: Ejercicio regular para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la adiposidad visceral.

2. Intervenciones farmacológicas

  • Inhibidores del SRAA (IECA o ARA II) para reducir la hipertensión y la progresión de la ERC.

  • iSGLT2: Mejora de la glucemia y protección cardiorrenal.

  • Estatinas: Control de dislipidemias.

3. Atención personalizada

El tratamiento debe adaptarse al estadio del síndrome cardiovascular-renal-metabólico y a las características individuales del paciente, considerando también determinantes sociales de salud.

Hallazgos clave de la investigación

Los estudios recientes han identificado relaciones bidireccionales entre las tres principales patologías del síndrome cardiovascular-renal-metabólico:

  1. Interacciones entre ERC y ECV: La hipertrofia ventricular izquierda es común en pacientes con ERC avanzada.

  2. DT2 y enfermedad cardiovascular: Los niveles elevados de glucosa y resistencia a la insulina contribuyen al desarrollo de aterosclerosis y disfunción endotelial.

  3. Inflamación sistémica y estrés oxidativo: Ambos son mecanismos subyacentes que vinculan estas patologías.

Conclusiones

El síndrome cardiovascular-renal-metabólico representa un desafío clínico debido a su alta prevalencia y complejidad. La identificación temprana mediante biomarcadores emergentes y una gestión integral basada en el estadio del síndrome cardiovascular-renal-metabólico son esenciales para mejorar los resultados en los pacientes. Es necesario continuar investigando para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas que aborden esta condición de manera holística.

Referencias:

  1. Prog Cardiovasc Dis. - Cardiovascular-kidney-metabolic syndrome – An integrative review
Colabora con CardioTeca
¿Quieres escribir en el Blog?
Únete a nuestros cientos de colaboradores científicos. Gana visibilidad y participa.

Blog Cardiología Clínica

Servicios y Gestión de Proyectos - Trabaja con CardioTeca

Formación

Formación

Cursos online, con certificado de asistencia y acreditados. Formación cuándo y cómo quieras.
Patrocinio

Patrocinio

Acuerdos de colaboración o esponsorización de acciones y proyectos.
Ediciones

Ediciones

eBooks con depósito legal e ISBN, PDF navegables, infografías, pósters, publicaciones digitales.