El estudio analiza cómo el género influye en la decisión de administrar anticoagulación oral en pacientes con fibrilación auricular. La fibrilación auricular es una condición común asociada con un alto riesgo de eventos tromboembólicos, como ictus y embolismos, que son en gran medida prevenibles. Los puntajes de riesgo clínico, como CHA2DS2-VASc, se han utilizado tradicionalmente para identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de la anticoagulación. Sin embargo, la inclusión del género como un modificador de riesgo ha sido controvertida. Este estudio proporciona evidencia contemporánea del mundo real sobre la importancia del género en la estratificación del riesgo en pacientes con fibrilación auricular.
Objetivos del estudio
El objetivo principal del estudio fue evaluar el papel del género en la estratificación del riesgo de eventos adversos, incluyendo la mortalidad por cualquier causa, ictus isquémico o tromboembolismo arterial, en pacientes con fibrilación auricular sin antecedentes de ictus y sin anticoagulación oral previa. Se buscó determinar si la eliminación del género de los puntajes de riesgo clínico podría simplificar la identificación de pacientes que deberían recibir anticoagulación.
Métodos
Este fue un estudio de cohorte retrospectivo basado en la población, utilizando registros electrónicos de salud de 16.587.749 pacientes de atención primaria del Reino Unido entre 2005 y 2020. Se incluyeron 78.852 pacientes con fibrilación auricular, de edades entre 40 y 75 años, sin antecedentes de ictus y sin prescripción de anticoagulantes orales. Los resultados primarios (mortalidad por cualquier causa, ictus isquémico o tromboembolismo arterial) y secundarios (ictus isquémico o cualquier tromboembolismo, demencia vascular) se analizaron utilizando modelos de riesgos proporcionales de Cox, ajustados por edad, estatus socioeconómico y comorbilidades.
Resultados
- Riesgo ajustado de eventos adversos: Durante un seguimiento total de 431.086 años-paciente, las mujeres tuvieron una tasa ajustada más baja de resultados primarios en comparación con los hombres, con un hazard ratio (HR) de 0,89 (intervalo de confianza del 95% [IC] 0,87-0,92; P < 0,001). Este resultado fue impulsado principalmente por una menor mortalidad en mujeres (HR 0,86, IC 95% 0,83-0,89; P < 0,001). No se identificaron diferencias significativas entre mujeres y hombres en los resultados secundarios de ictus isquémico o tromboembolismo arterial (HR ajustado 1,00, IC 95% 0,94-1,07; P = 0,87).
- Puntajes de riesgo clínico: Los puntajes de riesgo clínico, como CHA2DS2-VA, que excluye el género, fueron superiores a CHA2DS2-VASc para predecir resultados primarios en esta población (área bajo la curva ROC 0,651 vs. 0,639; P < 0,001). Esto sugiere que la eliminación del género de los puntajes de riesgo podría simplificar el enfoque para identificar a los pacientes que deberían recibir anticoagulación.
- Diferencias en comorbilidades y resultados: Las mujeres en el estudio eran, en promedio, mayores y tenían tasas más altas de hipertensión pero menores tasas de insuficiencia cardíaca, diabetes y enfermedad vascular en comparación con los hombres. No se encontraron diferencias significativas entre géneros para otros eventos adversos, como cualquier tipo de ictus o tromboembolismo, después del ajuste por factores de confusión.
Discusión
El estudio destaca que el género no debe desempeñar un papel importante en la estratificación del riesgo para la terapia de anticoagulación en pacientes con fibrilación auricular. A pesar de que las mujeres tenían tasas más bajas de mortalidad ajustada, no hubo diferencias significativas en los riesgos de ictus o tromboembolismo entre géneros. La evidencia sugiere que la eliminación del género de los puntajes de riesgo podría simplificar la toma de decisiones sobre la anticoagulación, mejorando la precisión sin afectar la re-clasificación o discriminación de los pacientes en riesgo.
Conclusiones
Eliminar el género de la estratificación del riesgo en pacientes con fibrilación auricular podría simplificar la identificación de aquellos que deberían recibir anticoagulación. Los resultados sugieren que los puntajes de riesgo actuales podrían beneficiarse de ajustes adicionales para reflejar mejor los factores de riesgo contemporáneos, garantizando decisiones de tratamiento más precisas y equitativas.
Referencias: