El manejo de la diabetes tipo 2 persigue disminuir los niveles de glucosa en plasma y reducir las complicaciones cardiovasculares y microvasculares. La enfermedad renal diabética, definida como la presencia de albuminuria, filtrado glomerular alterado o ambas, es una complicación microvascular de la diabetes. La reducción progresiva de la función renal y el aumento de la albuminuria dan como resultado un aumento de los eventos cardiovasculares.
Las personas con diabetes e insuficiencia renal tienen menos opciones de antidiabéticos debido a las contraindicaciones, los efectos adversos o la farmacocinética alterada. Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) reducen las concentraciones de glucosa en sangre bloqueando la captación de sodio y glucosa en el túbulo proximal y promoviendo la glucosuria.
Los resultados de varios ensayos de resultados cardiovasculares sugirieron que iSGLT2 se asocia con mejoras en los criterios de valoración renales además de su reducción en los eventos cardiovasculares y la mortalidad, lo que representa un gran avance en la atención de esta población. Los ensayos específicos de resultados renales han confirmado la acción nefroprotectora de los iSGLT2 en diferentes valores de filtrado glomerular y albuminuria, incluso en pacientes con enfermedad renal crónica no diabética. Esta mejora en la función renal puede beneficiar indirectamente la función cardíaca, rompiendo el círculo vicioso cardiorrenal relacionado con la diabetes tipo 2.

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