La fragilidad es una situación de alta vulnerabilidad y baja reserva fisiológica que asocia peor pronóstico clínico en la ICFEr, con peor tolerancia al ejercicio y mayor riesgo de eventos cardiovasculares. El aumento de la supervivencia de nuestros pacientes gracias a los tratamientos existentes, la adición de otras enfermedades debilitantes y el envejecimiento conlleva un aumento de las tasas de fragilidad en la ICFEr.
Con el fin de valorar la influencia de la fragilidad en el efecto del ejercicio físico aeróbico (EF), se partió del HF-ACTION, un estudio randomizado multicéntrico sobre la eficacia del EF en 2130 pacientes con ICFEr crónica (edad media 59 años, 28% mujeres, FEVI <35%, NYHA II-IV) a los que se randomizó a un plan de EF supervisado de 36 sesiones en 3 meses VS cuidado clínico habitual. Con un seguimiento de 2,9 años de media no demostró mejoría significativa en el riesgo de ingreso o la mortalidad por cualquier causa, pero sí se observó mejoría de la capacidad de ejercicio y de la calidad de vida.
Debido al beneficio demostrado del EF en la ICFEr, y a la asociación de la fragilidad con peores datos en calidad de vida, tolerancia al ejercicio y evolución clínica, se realizó este análisis post hoc del HF-ACTION. La hipótesis fue que el paciente frágil se beneficiaría más del EF. Se clasificaron como pacientes “frágiles” al 59% (1266). Para ello se utilizó el índice de fragilidad de Rockwood, una escala de 36 ítems sobre déficits en diferentes dominios: síntomas, otras patologías crónicas, déficits funcionales y biomarcadores. Se definió como objetivo primario combinado la mortalidad y hospitalización por cualquier causa, y como objetivos secundarios combinados la mortalidad y hospitalización por causas cardiovasculares, o muerte cardiovascular e ingreso por insuficiencia cardiaca.
Los resultados indicaron que el EF en los pacientes frágiles redujo el riesgo de sufrir el objetivo primario de forma significativa con respecto a los no frágiles (HR: 0.83), beneficio basado únicamente en la reducción de la hospitalización por cualquier causa, no así en mortalidad. El EF fue una intervención segura, y asoció una mejoría en la calidad de vida según el Cuestionario de Kansas City, en el consumo pico de oxígeno y en la prueba de la marcha de los 6 minutos a los 3 meses, sin diferencias entre frágiles y no frágiles.
El beneficio del EF se obtiene gracias a la mejoría del estado funcional y de la reserva fisiológica, ambos especialmente dañados en el paciente frágil con ICFEr. Todas las vías de producción de la fragilidad en la insuficiencia Cardiaca se contrarrestan con el EF (disminución de vías proinflamatorias, mejoría de la sarcopenia, la función endotelial y mitocondrial y el uso de oxígeno por el músculo esquelético).
Identificar al paciente frágil con ICFEr nos ayudará a seleccionar a aquellos que más se van a beneficiar del EF supervisado, disminuyendo hospitalizaciones por cualquier causa.
Referencias:
Comentario del Dr. Daniel Mesado Martínez
Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, se ha formado como internista en el Hospital de La Princesa y actualmente trabaja en el Hospital Universitario de Villalba. Profesor de Medicina de La Universidad Alfonso X el Sabio, desarrolla su vocación de internista general, con un especial interés por la patología cardiaca con la consulta de Insuficiencia Cardiaca en el paciente complejo.