Serie "5 minutos de Oro" con Alfonso Valle sobre el impacto de los fármacos en el síndrome cardiorrenal; organizada por la Unidad de IC Avanzada y Trasplante del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia.
El tratamiento del síndrome cardiorrenal se basa en cuatro pilares farmacológicos clave: los inhibidores de SGLT2, antagonistas de los receptores de mineralocorticoides, agonistas del receptor de GLP-1, e IECAs/ARAs. Estos medicamentos son esenciales para proteger tanto la función renal como cardiovascular en pacientes con insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica.
Los inhibidores de SGLT2 han mostrado una reducción del 40% en la progresión de la enfermedad renal, demostrando beneficios adicionales al facilitar el uso de otros medicamentos, como los IECAs y ARAs, y minimizando la interrupción de estos tratamientos. Los estudios CREDENCE y DAPA-CKD confirman su eficacia en la nefroprotección.
El antagonista de mineralocorticoides, finerenona, es otro fármaco prometedor. Ensayos como FIGARO y FIDELIO, en pacientes diabéticos con enfermedad renal, han evidenciado que este medicamento reduce los eventos cardiovasculares y renales. Asimismo, el uso combinado de finerenona con SGLT2 optimiza la protección renal y cardiovascular.
Los agonistas del receptor de GLP-1, específicamente en pacientes con filtrados renales bajos, también han demostrado beneficios significativos. Estudios como LEADER y SUSTAIN resaltan su capacidad para mejorar los resultados cardiovasculares.
En conclusión, la combinación de estos cuatro fármacos protege eficazmente a los pacientes con síndrome cardiorrenal, mejorando la calidad de vida, reduciendo la mortalidad y postergando la necesidad de diálisis. Este enfoque integral refuerza la importancia de seguir un tratamiento basado en guías para maximizar los resultados clínicos en esta población de alto riesgo.