Estudio PREDIMED: Dieta mediterránea y prevención cardiovascular
Todos sabemos de los tremendos beneficios aportados por la dieta mediterránea. Ahora, un grupo de investigadores españoles lo demuestra científicamente publicando un riguroso estudio sobre ella en el prestigioso New England Journal of Medicine.
Trabajos previos, además de la sabiduría popular, han señalado clásicamente que la dieta mediterránea es beneficiosa para la salud. En la esfera cardiovascular, varios estudios observacionales de cohortes y un estudio de prevención secundaria han demostrado una asociación inversa entre la adherencia a la dieta mediterránea y el riesgo cardiovascular. Incluso, una revisión sistemática, proclamaba la dieta mediterránea como aquella con mejor perfil cardiovascular, en términos de protección contra la enfermedad coronaria.
Teniendo esto en mente, un grupo de investigadores españoles, de diferentes especialidades, que componen el grupo PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), han llevado a cabo un ensayo aleatorizado de este patrón de dieta precisamente para la prevención primaria de eventos cardiovasculares.
Se trata de un estudio multicéntrico realizado en España, donde se asignó aleatoriamente a los participantes que se encontraban en alto riesgo cardiovascular, pero sin enfermedad cardiovascular en la inscripción, a una de tres dietas: una dieta mediterránea suplementada con aceite extra virgen de oliva (Hojiblanca, 1 litro semanal), una dieta mediterránea suplementada con frutos secos (almendras, nueces, avellanas), o una dieta control (consejos para reducir el aporte graso, simplemente). El perfil en concreto eran varones entre 55 a 80 años y mujeres entre 60 y 80 diabéticos o con al menos tres de los siguientes factores de riesgo: hipertensión arterial, dislipemia, obesidad, antecedentes familiares.
Los participantes recibieron tras la inicial, visitas trimestrales con sesiones educativas de grupo y, en función de la asignación de grupos, la prestación gratuita de aceite extra virgen de oliva, frutos secos, o pequeños regalos no comestibles.
El objetivo final primario fue la tasa de eventos cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por causas cardiovasculares). Sobre la base de los resultados de un análisis preliminar, el ensayo se interrumpió después de una mediana de seguimiento de 4,8 años.
Sucintamente, se incluyó un total de 7.447 personas (rango de edad de 55 a 80 años), el 57% eran mujeres. Los dos grupos de dieta mediterránea tuvieron una buena adherencia a la intervención, según el auto-reporte de consumo y análisis de biomarcadores. No hubo diferencias en la actividad física efectuada por los 3 grupos de participantes ni cambios en su perfil.
El acontecimiento final primario ocurrió en 288 participantes.
Las tasas de riesgo (o Hazard Ratios) extraídas del análisis multivariable fueron de 0,70 (con un intervalo de confianza al 95%; 0,54 a 0,92) y de 0,72 (IC al 95%; entre 0,54 y 0,96) para el grupo asignado a la dieta mediterránea con aceite extra virgen de oliva (96 eventos) y el grupo asignado a la dieta mediterránea con frutos secos (83 eventos), respectivamente, en comparación con el grupo control, que presentó más problemas (109 eventos). No se observaron efectos adversos relacionados con la dieta a estudio.
Como conclusión, los autores remarcan que entre las personas con alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite extra virgen de oliva o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares (en una magnitud de 3 eventos cardiovasculares mayores por 1.000 persona-año).
Cabe poco que decir cuando uno se encuentra con un trabajo tan interesante como éste. Por tanto, es mandatorio felicitar a los autores que demuestran muy elegantemente su hipótesis de trabajo (ya creíamos en ella, pero ahora puede y debe salir con mayúsculas en las guías).
Imprescindible su lectura para todo aquel médico que trate con enfermos cardiovasculares (hasta me atrevería a decir para todos).
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