Comentario del Autor: Dr. Juan Carlos Gómez Polo
Existen diversas patologías cardiovasculares, cuyo curso inicial puede ser asintomático, y en las que el cribado y el diagnóstico clínico se basan en una adecuada interpretación electrocardiográfica, llevada a cabo en numerosas ocasiones por especialistas no cardiólogos. El presente estudio demuestra una inadecuada competencia de la población analizada para reconocer estos electrocardiogramas, así como una incorrecta percepción de la gravedad de los mismos, subrayando la necesidad de programas formativos.
La lectura adecuada del electrocardiograma es una herramienta fundamental empleada desde comienzos del siglo XX a la hora de enfrentarse a la patología cardiovascular, y al despistaje de la misma. Además, es un método sencillo, económico y de alta disponibilidad, argumentos que obligan a enfatizar en la necesidad de practicar una correcta interpretación. Existen importantes cardiopatías, de debut asintomátio o paucisintomático, donde la presencia de patrones electrocardiográficos patognomónicos orientarán el diagnóstico. Es una situación frecuente, principalmente en el ámbito del primer contacto médico, el enfrentarse a un paciente asintomático, y a su electrocardiograma, sin existir ningún estudio que analice la competencia de una población de facultativos no cardiólogos para reconocer los mencionados patrones. Por ello, el objetivo de este interesante trabajo es analizar la capacidad de médicos de diferentes centros y especialidades, para diagnosticar 10 electrocardiogramas potencialmente letales, así como clasificar el nivel de gravedad de los mismos. Para lograr este objetivo, antes de comenzar un curso sobre electrocardiografía, se distribuyó entre los asistentes un cuestionario con 10 trazados (repartiendo distintos modelos, para evitar que compartieran información), debiendo identificar el diagnóstico clínico, y expresar su percepción de gravedad de cada trazado en una escala que oscila entre 0 puntos (trazado anodino) y 100 puntos (trazado letal). La población total fue de 163 médicos de distintos centros y especialidades, destacando el bajo porcentaje de acierto en el diagnóstico (únicamente obtuvieron entre los 10 trazados un 30% de respuestas correctas), sin encontrarse diferencias en función de las distintas especialidades, o de sus años de experiencia en el manejo de pacientes cardiológicos. Destacan los casos del Patrón de Wellens tipo 1 (41,7% de los asistentes acertaron el diagnóstico), la miocardiopatía hipertrófica (11% de diagnósticos correctos) y el bloqueo aurículo-ventriuclar completo (33% de diagnósticos acertados). Asimismo, llama aún más la atención la inadecuada percepción de gravedad entre aquellos facultativos que acertaron el diagnóstico clínico, comparada con la puntuación asignada por dos Cardiólogos sénior (la concordancia entre los participantes y los Cardiólogos expertos en la valoración de la gravedad fue del 0%). Así sucede, por ejemplo, en el caso del patrón de Wellens tipo 1, con una puntuación mediana de gravedad de 56 puntos según los facultativos que acertaron el diagnóstico, y 95 puntos según los Cardiólogos expertos; manteniéndose esta tendencia en el resto de trazados. De este modo, de los 10 diferentes electrocardiogramas, los únicos en los que no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en la valoración de la gravedad fueron la miocardiopatía hipertrófica, el patrón de Brugada y el bloqueo de rama alternante. Por todo ello, a raíz de los resultados de este trabajo, la interpretación electrocardiográfica permanece como una asignatura pendiente para los facultativos no cardiólogos, sentando la necesidad de implementar programas de formación al respecto, con el objetivo de, en un futuro no muy lejano, invertir sus resultados.
Referencias:
- Rev Esp Cardiol. - Escaso conocimiento entre los médicos no cardiólogos de patrones electrocardiográficos asintomáticos potencialmente letales y subestimación de su gravedad.
Comentario del Dr. Juan Carlos Gómez Polo
Graduado y Máster en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid en 2012. Residente de Cardiología en el Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid, España). Email: