La terapia apropiada del shock cardiogénico es cada vez más frecuente, pero las tasas de mortalidad aún son demasiado altas. Los vasopresores e inotrópicos son la piedra angular de la terapia. A pesar de la escasez de publicaciones que demuestren su seguridad y eficacia en el shock cardiogénico, estos medicamentos se usan de forma rutinaria y se recomiendan en las guías internacionales.
La norepinefrina debe seguir utilizándose como vasopresor de preferencia de primera línea en el shock cardiogénico, según el estudio OptimaCC. La milrinona no es más eficaz que la dobutamina para reducir la morbilidad y la mortalidad en el shock cardiogénico, según el estudio CAPITAL DOREMI. La eficacia de la terapia con inotrópicos se evaluará en dos estudios en curso: LevoHeartShock comparará la eficacia de levosimendan con placebo en el shock cardiogénico temprano que requiera terapia con vasopresores, y CAPITAL DOREMI2 asignará aleatoriamente a pacientes con shock cardiogénico a inotrópicos o placebo en la reanimación inicial del shock para evaluar la eficacia de la terapia inotrópica.
En pacientes con shock cardiogénico, una revisión de la literatura disponible no revela evidencia de un beneficio significativo en la mortalidad de ningún vasopresor o inotrópico. La necesidad de inotrópicos en el shock cardiogénico se explorará más a fondo en los ensayos futuros de DOREMI 2 y levosimendan versus placebo. En este momento, se debe tener en cuenta la disponibilidad, el costo, la experiencia del médico y, lo que es más importante, la reacción de cada paciente al tratamiento al elegir un inotrópico.