La tercera semana de noviembre se celebraba en Madrid el XXXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna. Muchos son los temas que se han tratado, como no podía ser de otra manera, en nuestra especialidad. No obstante la cardiología clínica tuvo un papel principal al igual que lo tiene en el día a día de todo internista. Por eso en colaboración con nuestros compañeros del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid hemos decidido hacer un breve resumen de lo tratado en esta reunión y difundirlo a través de web Cardioteca para llegar así al mayor número de interesados. Después de los grandes avances que ha supuesto el "PARADIGM" y la ansiedad con la que se esperan los resultados del "PARANGON", la introducción del salcubitrilo/valsartán en la práctica clínica diaria ya no ha sido el tema de moda. En este año desde el punto de vista de la insuficiencia cardiaca se ha centrado el foco sobre la repercusión en la calidad de vida del enfermo y los tratamientos que han demostrado mejorarla como la ivabradina (estudio SHIFT), la resincronización, el tratamiento diurético (estudio DOSE), la resincronización (estudio MADIT-CTR) o el tratamiento de la ferropenia que ha entrado en las guías de insuficiencia cardiaca con recomendación IIa. Tal y como nos ha contado el Dr. Casado, la calidad de vida como "end-point blando" queda minusvalorado cuando un estudio logra reducir mortalidad y reingresos. Aunque la calidad de vida se valoraba en el PARADIGM mediante el cuestionario Kansas y los pacientes percibían mejoría de la misma a los 8 meses de tratamiento, estos datos han quedado en cierto modo eclipsados. No obstante los estudios que preguntan a enfermos, éstos priorizan vivir mejor. De igual manera se ha reportado en el estudio PARASIL mejoría en la calidad de vida de aquellos pacientes tratados con sacubitril/valsartán. Tratamientos que impacten en calidad de vida son fundamentales para los pacientes que atendemos los internistas, en la mayoría de los casos con pluripatología, cronicidad compleja y polifarmacia. Un paciente siempre excluido de los ensayos clínicos y casi siempre olvidado por las guías de práctica clínica. De esta manera el Dr. Pérez Silvestre nos ilustra sobre la experiencia tras más de un año de tratamiento con pacientes añosos, pacientes que frecuentemente no toleraban IECAS o ARA-II y con dificultad para el inicio de antialdosterónicos. En la mayor parte de los casos se ha iniciado sacubitril/valsartán a dosis bajas, con muy pocos casos de hipotensión sintomática, muy pocos de hiperpotasemia y un caso en el que ha habido que retirarlo por diarrea. Se ha logrado aumentar dosis, en la mayoría de los casos, a pautas medias y dosis altas. Tras un año de seguimiento no ha habido empeoramiento de la función renal en estos enfermos, se ha objetivado un gran descenso del NT-ProBNP y de CA-125, menos ingresos por insuficiencia cardiaca y como veníamos diciendo el 73% de los pacientes refería mejoría de su calidad de vida. Otro punto interesante ha sido la experiencia que ha compartido el Dr. Beltrán con el inicio de sacubitril/valsartán durante la hospitalización. Una vez superado el momento agudo y tras dos días de tratamiento deplectivo con diuréticos, que además se usa de periodo de lavado para el IECA, se inicia sacubitril/valsartán a dosis bajas. Tras haber tratado así a 80 pacientes se ha objetivado un 5% menos de reingresos por insuficiencia cardiaca, no habiendo detectado complicaciones. Si volvemos a hablar de calidad de vida, éstos enfermos constataban mejoría en su capacidad funcional a las pocas semanas de haber iniciado el fármaco tanto a dosis bajas como medias, sin percibir clara mejoría sintomática cuando se aumenta a dosis altas.
Comentario de los Drs. Fernando Tornero y Jorge Carriel
Actualmente es residente de cuarto año de Medicina Interna en el Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid. Con interés en varias áreas de la especialidad como son las enfermedades cardiovasculares en especial el manejo del enfermo cardiorrenal, las enfermedades autoinmunes sistémicas y los cuidados paliativos.
Licenciado en Medicina por la Universidad Católica de Guayaquil, Ecuador. Doctorando en Investigación en ciencias médico-quirúrgicas por la Universidad Complutense de Madrid. Residente de 4to año del S. de Medicina interna en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.