Estudio SPRINT: ¿Cuál es el objetivo de presión arterial en no diabéticos de alto riesgo cardiovascular?
Todas las guías de manejo de la hipertensión arterial publicadas recientemente (europeas de 2013 ( Tres documentos básicos en español para aprender a manejar la hipertensión arterial ») y americanas del JNC8 de 2014) establecen un objetivo genérico de control de las cifras de presión arterial por debajo de 140/90 mmHg, aunque la evidencia esta recomendación surge más de un consenso que de una fuerte evidencia.
Por otro lado, varios estudios han demostrado la existencia de una curva en J en el tratamiento de la hipertensión arterial, de tal forma que cifras de presión arterial sistólica por debajo de 120 mmHg aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares con respecto a los que tenían cifras entre 120 y 140 mmHg.
Estos hallazgos supusieron una importante controversia en algunos subgrupos (diabéticos, alto riesgo cardiovascular) en los que se recomendaban cifras objetivo de presión arterial por debajo de las generales en las guías de 2009, objetivo que se modificó a raíz de estudios comentados en las guías de 2013.
Se aleatorizaron 9.361 pacientes con cifras de presión arterial por encima de 130 mmHg y alto riesgo cardiovascular (sin ser diabéticos) a un control estándar de la presión arterial (<140 mmHg) o un control estricto (<120 mmHg), analizando la aparición al año del objetivo compuesto: síndrome coronario agudo, insuficiencia cardiaca, ictus o muerte por causas cardiovasculares. La conclusión es que en el grupo de terapia intensiva se observó una reducción en la aparición del evento combinado, pero a costa de una mayor tasa de hipotensión, síncope, fallo renal agudo o alteraciones hidroelectrolíticas.
Este estudio aporta nuevas evidencias en este tema controvertido, y va en consonancia con lo que vemos en la práctica clínica. La reducción de la presión arterial, "cuanto mas mejor" , tiene un efecto indudable en la reducción de eventos en pacientes no diabéticos de alto riesgo. Sin embargo, esto es a costa de efectos secundarios bien conocidos (que a veces suponen que el paciente deja de tomar tratamiento), sin olvidar que, como han mostrado otros estudios, conseguir los objetivos de presión arterial, incluso por debajo de 140/90 mmHg, es difícil en este perfil de pacientes. Hacen falta más estudios que aclaren los puntos menos claros en este tema, al igual que en los diabéticos, aunque la clave es siempre la individualización del tratamiento y el seguimiento estrecho.
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Comentario del Dr. Alberto Esteban Fernández
Cardiólogo en la Unidad de Insuficiencia cardiaca del Hospital Clinico San Carlos de Madrid. Especialista en Cardiología por la Clínica Universidad de Navarra, completando su formación en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y en el Golden Jubilee National Hospital de Glasgow. Máster en Nutrición y Alimentación. Máster en Metodología de la investigación en Ciencias de la Salud. Ex miembro del Comité de residentes de la SEC. Licenciado en Medicina por la Universidad de Valladolid. Twitter: @doctorchecho »