¿Quedó en el olvido la controversia que se generó hace unos años con el uso de clopidogrel junto a algunos inhibidores de la bomba de protones (IBP)?, ¿Podemos o no podemos pautarlos juntos? Esta duda sigue estando presente a día de hoy cuando vamos a prescribir, hasta el punto de haber motivando la realización de un nuevo metaanálisis publicado en Enero de este año (el previo realizado recogía datos antes del 2012).
Se analizaron un total de 11 estudios posteriores al 2011 que comparaban la terapia Inhibidores de la bomba de protones (IBP como omeprazol) + clopidogrel versus clopidogrel. 84.729 pacientes fueron incluídos, de los cuales 29.235 tenían IBPs + clopidogrel, el resto sólo clopidogrel. A pesar de que no había diferencias significativas en las características basales de los pacientes de ambos grupos, cuando se comparan los eventos a corto plazo de mortalidad y revascularización del vaso diana (definido como nueva angioplastia o bypass sobre el vaso tratado previamente) ambos fueron mayor con la combinación de estos fármacos, alcanzando significación estadística. No sólo esto, además, a largo plazo se mostró mayor tasa de trombosis del stent, de eventos cardiacos mayores adversos, nuevos infartos y revascularización del vaso diana. Y, aunque es cierto que la mortalidad a largo plazo no alcanzó significación estadística, se quedó bastante cerca (p 0,06).
La conclusión del estudio sigue dejando el camino abierto a nuevos estudios, pero parece claro que esta combinación efectivamente produce más eventos cardiacos mayores adversos, infartos y trombosis de los stent previos. La mortalidad a largo plazo fue marginalmente significativa (p 0,06). Por tanto, parece prudente evitar su uso combinado siempre que dispongamos de otras opciones, y así lo ha dejado reflejado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Referencias:
Comentario del Dr. Eliú David Pérez Nogales
Residente de Cardiología de tercer año del Hospital Insular de Gran Canaria.