Este estudio prospectivo del UK Biobank incluyó a 33.560 adultos sin enfermedad cardiovascular ni cáncer, con < 8.000 pasos/día (baja actividad). El objetivo fue analizar si los beneficios en mortalidad y eventos cardiovasculares (ECV) varían según la forma en que se acumulan esos pasos (tramos cortos frente a caminatas continuas). Durante un seguimiento medio de 7,9 años, hubo 735 muertes y 3.119 eventos de ECV. Los participantes que concentraban sus pasos en tramos largos (≥ 10 min, sobre todo ≥ 15 min) mostraron menor riesgo de mortalidad y de ECV frente a quienes acumulaban pasos dispersos en tramos < 5 min. Por ejemplo, la incidencia acumulada de ECV a 9,5 años fue del 13 % en el grupo de caminatas fragmentadas frente al 4,4 % en el grupo de caminatas de ≥ 15 min. Este efecto fue más marcado entre los menos activos (< 5.000 pasos/día).
Comentario
Este trabajo refuerza una idea clave: no solo importa cuántos pasos hagas, sino cómo los distribuyes. Caminar en bloques continuos —aunque sean breves— parece conferir ventajas cardiovasculares y de supervivencia comparado con pasos aislados dispersos a lo largo del día. En individuos poco activos, estimular paseos de 10–15 minutos podría representar una estrategia sencilla, accesible y de alto impacto clínico.
Sin embargo, hay que reconocer limitaciones importantes: el diseño es observacional, lo que no permite inferir causalidad ni descartar sesgos o confusión residual. Los puntos de corte temporales (5, 10, 15 min) son arbitrarios y pueden variar según población. No se descarta que individuos con mejor salud subyacente tiendan naturalmente a caminar más seguido o de forma menos fragmentada (causalidad inversa). Además, no se exploraron mecanismos fisiológicos ni biomarcadores (por ejemplo, cambios hemodinámicos o metabólicos) que expliquen el efecto.
A pesar de esas reservas, los hallazgos tienen un claro mensaje para la práctica: en pacientes con baja actividad, promover caminatas continuas, aunque sean modestas, puede ser más eficaz que simplemente aumentar el volumen total disperso. Sería ideal que futuros estudios (incluso ensayos aleatorizados) evalúen si esa “reorganización” de los pasos puede traducirse en beneficios netos en prevención primaria cardiovascular.
Puntos claves:
- En personas con bajo recuento de pasos (< 8.000 diarios), favorecer caminatas continuas de ≥ 10 min puede aportar protección cardiovascular adicional, frente a acumular pasos en tramos breves y dispersos.
- El efecto es más pronunciado entre los más sedentarios (< 5.000 pasos/día), por lo que esta estrategia tiene especial relevancia en ese subgrupo.
- Al prescribir “actividad física ambulada”, no basta con poner metas cuantitativas —conviene incorporar recomendaciones sobre la distribución temporal (bloques continuos).
- Sería recomendable que las aplicaciones o dispositivos que monitorizan pasos incentivaran no solo el total, sino también la duración de las sesiones continuas (por ejemplo, “camina 10 min seguidos”).
- Los resultados son sugestivos y no definitivos: conviene interpretarlos con cautela hasta que estudios intervencionistas confirmen el beneficio de reorganizar los patrones de caminata.
Referencias:
- Annals of Internal Medicine. - Step Accumulation Patterns and Risk for Cardiovascular Events and Mortality Among Suboptimally Active Adults
Alberto Hidalgo Mateos



























