Nuevas Guías americanas AHA/ACC 2013 sobre el Estilo de Vida saludable

Nuevas Guías americanas AHA/ACC 2013 sobre el Estilo de Vida saludable

AHA 2013 Dallas. Se ha presentado recientemente en el congreso de la American Heart Association (AHA) estas guías sobre las modificaciones en el estilo de vida necesarias para disminuir el riesgo cardiovascular. Han sido elaboradas por un panel conjunto de expertos de la AHA y el American College of Cardiology (ACC) y han sido aprobadas por nueve sociedades y asociaciones científicas especializadas en la materia.


Nuevas Guías americanas AHA/ACC 2013 sobre el Estilo de Vida saludable

Las guías que hoy presentamos nacen con el objetivo de evaluar y actualizar el concepto de un estilo de vida saludable, para prevenir la progresión de la enfermedad cardiovascular en pacientes de alto riesgo. Están especialmente dirigidas a los profesionales de la Atención Primaria. Las recomendaciones versan sobre la evidencia existente relacionada con los hábitos alimentarios, la ingesta de nutrientes y los niveles y tipos de actividad física, que desempeñan un papel importante en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular por incidir sobre los factores de riesgo modificables. No es pues una guía que estudie todas las medidas que se han postulado como cardiosaludables, de hecho no evalúa aspectos como la ingesta de calcio, alcohol, magnesio, el hábito tabáquico, el entrenamiento cardiorrespiratorio y las modificaciones conjuntas de varias variables del estilo de vida. Así pues, las indicaciones de las guías se basan en intentar responder a tres preguntas principales:

  • ¿Cuál es el efecto de determinados patrones dietéticos sobre los factores de riesgo cardiovascular, en comparación con ningún tratamiento o con otro tipo de intervenciones?
  • ¿Cuál es el efecto de la ingesta de sodio y potasio sobre los factores de riesgo cardiovascular en comparación con ningún tratamiento o con otro tipo de intervenciones?
  • ¿Cuál es el efecto de la actividad física sobre la presión arterial y los lípidos en comparación con ningún tratamiento o con otro tipo de intervenciones?

Las respuestas a estas preguntas se materializan en una serie de recomendaciones dietéticas y sobre el ejercicio físico dirigidas, como decíamos, especialmente a poblaciones de alto riesgo.

Recomendaciones dietéticas

  • Para los adultos que se beneficiarían de una disminución en los niveles del colesterol LDL: promover una dieta rica en verduras, frutas y cereales integrales; que incluya productos lácteos bajos en grasas, aves de corral, pescado, legumbres, aceites vegetales no tropicales y frutos secos; y que limite el consumo de dulces, bebidas azucaradas y carnes rojas (Nivel de recomendación elevada o IA). Sería preciso adaptar esta dieta a las necesidades calóricas, las preferencias y las circunstancias médicas especiales de cada paciente (incluida la diabetes mellitus). De igual forma, sería recomendable seguir estas recomendaciones ajustándose a los patrones de la llamada dieta “antihipertensiva” o a las propuestas por la USDA o la AHA. Reducir el porcentaje de grasas saturadas y trans (IA), promover una dieta en la que sólo el 5-6% de la ingesta calórica sea aportada por grasas saturadas (IA).
  • Para adultos que se beneficiarían de una reducción en los niveles de presión arterial: se mantienen las recomendaciones dietéticas generales que veíamos anteriormente de una dieta rica en fruta, verduras, productos bajos en grasas, pescados y legumbre y baja en grasas, dulces y carnes rojas (nivel de recomendación IA). Se añade, además, la recomendación general de que la dieta sea baja en sal (nivel IA), si bien los regímenes más restrictivos en la ingesta de sodio (consumo menor de 2,4; 1,5 o 1 gr al día) quedan con un nivel de recomendación y de evidencia menor (IIa B).

Actividad física

  • Se recomienda, para reducir la presión arterial o los niveles de colesterol, la realización de actividad física aeróbica moderada a intensa durante una media de 40 minutos 3 o 4 veces por semana (Nivel de evidencia IIa A).

La lectura de estas guías nos deja con un sabor un tanto agridulce, ya que creemos que son una oportunidad perdida de haber elaborado un documento más completo sobre el estilo de vida cardiosaludable. Coincidimos con los autores en que el estilo de vida tiene suficiente entidad en la enfermedad cardiovascular como para desarrollar las recomendaciones en una guía propia, separada de las de obesidad, lípidos diabetes e hipertensión. Sin embargo, no entendemos que se focalice tanto en individuos de alto riesgo ni que los miembros del panel no hayan tenido “el tiempo y los recursos” para valorar la evidencia existente sobre otro tipo de modificaciones en el estilo de vida. Aunque estudia de forma profusa la evidencia existente sobre las intervenciones que evalúa, ¿qué sentido tienen unas guías sobre el estilo de vida que no abordan aspectos como el consumo de alcohol, tabaco, o la incidencia en el riesgo cardiovascular de los factores sociales y psicológicos?.


Enlaces:

  1. PubMed - 2013 AHA/ACC Guideline on Lifestyle Management to Reduce Cardiovascular Risk: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines »
  2. Guía en Pdf - Guías 2013 AHA/ACC Guideline on Lifestyle Management to Reduce Cardiovascular Risk »


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