Comentario de la Autora: Diana Salas Mera
La insuficiencia pulmonar significativa es una complicación habitual tras la reparación quirúrgica de cardiopatías congénitas con obstrucción del tracto de salida ventricular derecho (TSVD). A largo plazo, esta lesión puede provocar dilatación/disfunción del ventrículo derecho, arritmias ventriculares y/o clínica como empeoramiento de la clase funcional, con necesidad de recambio valvular pulmonar. Aunque existe una amplia experiencia internacional con las prótesis expandibles con balón, que han demostrado eficacia equivalente a la sustitución valvular pulmonar quirúrgica en términos de remodelado del ventrículo derecho y mejoría sintomática, la sobrecarga de volumen secundaria a la regurgitación pulmonar puede dilatar el TSVD nativo por encima de los diámetros máximos permitidos para este tipo de válvulas. Para ampliar las indicaciones de implante valvular percutáneo a dichos casos con TSVD nativos grandes, se ha desarrollado una nueva generación de prótesis pulmonares autoexpandibles a la que pertenece la válvula PULSTA (Taewoong Medical, Corea del Sur). En el presente artículo describimos nuestra experiencia inicial con dicha prótesis en los hospitales La Paz, Gregorio Marañón y 12 de Octubre de Madrid.
Se incluyeron 10 pacientes, 80% varones, con una media de edad de 15 ± 2,8 años (rango 13-23) y de peso de 55,2 ± 19,5 kg (rango 30-87,8). Todos los pacientes habían sido intervenidos mediante ampliación transanular del TSVD, la mayoría (80%) por una Tetralogía de Fallot, y dos por estenosis valvular pulmonar.
En todos los casos se consiguió el implante exitoso de la prótesis, sin complicaciones agudas durante el mismo y con insuficiencia pulmonar trivial o ausente en la angiografía final. 4 pacientes presentaron efectos adversos tras el procedimiento. Dos presentaron dolor torácico en las primeras horas, con pruebas de imagen que descartaron compresión coronaria, derrame pericárdico u otras complicaciones, resolviéndose con analgesia habitual. En un caso se observaron extrasístoles ventriculares monomorfas sin repercusión controladas con atenolol que se pudo suspender tras 6 meses, y otro paciente tuvo una hemoptisis ligera que se autolimitó sin precisar ninguna intervención.
El tiempo medio de seguimiento fue de 18 meses (rango 2-35). A 8 pacientes se les hizo una resonancia magnética de control a los 6 meses, observándose una reducción del volumen telediastólico medio (131,7 ± 31,7 ml/m2 vs 100,3 ± 28,9 ml/m2 a los 6 meses) y del volumen telesistólico medio (68 ± 20,8 ml/m2 vs 57 ± 18,5 ml/m2 a los 6 meses), aunque dicha reducción no alcanzó significación estadística (p = 0,065 y p = 0,49, respectivamente). En un caso se detectó una insuficiencia pulmonar moderada intraprótesica a los 6 meses del implante, manteniéndose estable a los 33 meses de seguimiento, asintomático y con reducción de los volúmenes ventriculares derechos en la resonancia de control. El resto de pacientes presentaban insuficiencia pulmonar ausente o leve en el último ecocardiograma de seguimiento. Ningún paciente ha fallecido, no se han producido casos de endocarditis infecciosa ni disfunción grave del dispositivo que haya obligado a su recambio.
Nuestros resultados iniciales, similares a los ya reportados por otros grupos de Corea del Sur y Turquía, indican que la prótesis PULSTA ofrece una alternativa factible, segura y eficaz para el implante valvular percutáneo en la mayoría de los pacientes con TSVD nativo dilatado. Además, respecto a otras prótesis autoexpandibles como la Venus P-Valve (Venus Medtech, China), presenta un perfil algo menor y un menor tamaño del sistema de liberación, lo que la hace especialmente atractiva en población pediátrica. No obstante, se necesitan más estudios para evaluar su durabilidad y seguridad a largo plazo, ya que los datos de seguimiento disponibles por ahora son limitados.
Referencias:
- REC: Interventional Cardiology. - Experiencia inicial con la prótesis PULSTA para el tracto de salida del ventrículo derecho nativo en tres centros españoles

Diana Salas Mera