Comentario del Autor: Manuel Galiñanes Hernández
El reemplazo de la válvula aórtica es la segunda operación cardíaca más frecuente después de la cirugía de bypass aortocoronario, para lo cual las válvulas protésicas biológicas son las más utilizadas debido a que tienen un perfil hemodinámico mejor que las prótesis mecánicas y además no requieren anticoagulación permanente. Sin embargo, las prótesis biológicas pueden sufrir una disfunción irreversible que suele ser el resultado de la calcificación de las cúspides de las válvulas y, con menos frecuencia, el resultado de la degradación de la matriz del tejido conjuntivo. El deterioro de las prótesis aumenta con el tiempo y es más acelerada en los jóvenes que tienen una mayor probabilidad de reintervención, lo que conlleva un aumento del doble del riesgo de muerte, pero los mecanismos del deterioro siguen sin estar claros.
En un estudio Europeo multicéntrico (TransLink) hemos demostrado que el estrés oxidativo aumenta en sangre de pacientes poco después de la implantación de las prótesis, y también después de 48 meses de seguimiento, disminuyendo una vez que el deterioro protésico se desarrolla. Los resultados sugieren que el estrés oxidativo potencialmente representa un objetivo de intervención terapéutica y un biomarcador de la disfunción de las prótesis valvulares biológicas.
Referencias:
Comentario por Dr. Manuel Galiñanes Hernández

Dr. Manuel Galiñanes Hernández