Comentario del Autor: Carlos Escobar Cervantes
El síncope vasovagal recurrente es una enfermedad que puede llegar a provocar lesiones físicas, y un gran sufrimiento psicológico, además de un deterioro claro de la calidad de vida de los pacientes que lo sufren. Sin embargo, a pesar de su frecuencia, lo cierto es que las opciones terapéuticas actuales son bastante limitadas, y en general con una escasa respuesta.
Es importante destacar que en el síncope vasovagal existe una desregulación episódica en el control de la frecuencia cardiaca y la presión arterial mediadas por el barorreflejo. Así, es frecuente que en estos pacientes se produzca una taquicardia sinusal que precede al síncope, como se puede objetivar en la prueba de mesa basculante. En consecuencia, reducir esta taquicardización previa podría resultar atractivo en el abordaje de estos pacientes. Estudios previos han mostrado resultados contradictorios en cuando a la prevención del síncope vasovagal con los beta bloqueantes, muy probablemente en relación con sus efectos hipotensivos, teniendo en cuenta el perfil clínico de estos pacientes (jóvenes con presión arterial normal o baja). En consecuencia, disponer de un fármaco, como la ivabradina, que sea capaz de reducir la taquicardia sinusal, pero sin un efecto significativo sobre la presión arterial, podría ofrecer resultados esperanzadores.
En este contexto, presentamos una serie de pacientes con síncopes vasovagales recurrentes a pesar del tratamiento recomendado por las guías de práctica clínica, que fueron tratados con ivabradina (RECCardioClinics. 2024;59:249–253). En nuestro estudio, el 90% de los pacientes presentaron una abolición total (70%) o parcial (20%) del síncope recurrente, tras un seguimiento medio de 2,7 años. De hecho, el número medio de episodios de síncopes al mes pasó de 4,7 a 0 en el grupo de respuesta completa, de 4,0 a 1,25 en los de respuesta parcial y se mantuvo en 4,0 en aquellos en los que no hubo respuesta con ivabradina. En aquellos pacientes en los que se había realizado la prueba de mesa basculante y mostraron una taquicardia sinusal antes del síncope, la respuesta a la ivabradina fue parcial o completa. Un estudio previo ya había mostrado una respuesta positiva en pacientes que presentaban síncope vasovagal mediado por taquicardia sinusal (Europace. 2014;16:284–288).
En consecuencia, y a pesar del número limitado de pacientes y que los resultados deberían confirmarse en ensayos clínicos específicos, estos 2 estudios sugieren que la ivabradina podría ser un tratamiento a considerar en aquellos pacientes con síncope vasovagal recurrente, sobre todo cuando los episodios sean precedidos de taquicardia sinusal.
Referencias:
- REC: CardioClinics. - Ivabradine for the treatment of vasovagal syncope