La gota se caracteriza por un aumento de la producción de purinas (a través de la vía de la pentosa fosfato), que se une a una reducción de la excreción renal o intestinal de urato.
La regulación simultánea de la señalización del excedente de nutrientes (diana de la rapamicina en mamíferos y factor inducible por hipoxia-1a) y la regulación a la baja de la señalización de la privación de nutrientes (sirtuina-1 y proteína cinasa activada por monofosfato de adenosina) redirige la glucosa hacia vías anabólicas (en lugar de la producción de trifosfato de adenosina), promoviendo así el aumento del estrés oxidativo y la disfunción de los cardiomiocitos y los túbulos proximales, lo que conduce a la cardiomiopatía y la enfermedad renal.
La hiperuricemia es un marcador (más que un impulsor) de estas tensiones celulares. Al inducir un estado de imitación de la inanición en un estado de excedente de nutrientes, los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 disminuyen el flujo a través de la vía de las pentosas fosfato (atenuando así la síntesis de purina y urato) al tiempo que promueven la excreción renal de urato. Estas acciones convergentes ejercen un efecto significativo para disminuir el ácido úrico sérico en ≈0,6 a 1,5 mg/dL y reducir el riesgo de gota entre un 30% y un 50% en ensayos clínicos a gran escala.
Referencias: