Estudio HPS2-THRIVE: ¿qué ha pasado con niacina-laropiprant?
Estudio de eficacia de HPS2-THRIVE sobre eventos cardiovasculares. El ensayo fue parado prematuramente por un aumento en las tasas de efectos secundarios fundamentalmente miopatías.

Es bien conocido como el riesgo cardiovascular se encuentra elevado en pacientes de alto riesgo incluso tras disminuir los niveles de LDL-c con estatinas, controlar la presión arterial, los niveles de glucemia y abandonar el hábito tabáquico. Por ello, incidir sobre otros parámetros como el HDL-c, los triglicéridos y la lipoproteína a podría ofrecer una protección cardiovascular adicional. De aquí nace la hipótesis para la utilización de niacina asociada a laropiprant, ya que estudios previos han demostrado que 2 g de niacina aumentan un 20% los niveles de HDL-c y reducen hasta un 25% los de triglicéridos y lipoproteína a. No obstante, se desconoce el efecto que estos cambios en el perfil lipídico tienen sobre la incidencia de eventos cardiovasculares. El estudio HPS2-THRIVE fue diseñado para conocer si el uso de niacina-laropiprant asociado a una terapia estándar con estatinas reduce los eventos cardivasculares a largo plazo (muerte cardiovascular, infarto de miocardio no fatal, ictus o revascularización coronaria). Previo a la aleatorización, 42.424 pacientes con enfermedad coronaria recibieron simvastatina 40 mg y, si lo requerían, ezetimibe 10 mg diarios para estandarizar los niveles de LDL-c. Es entonces cuando los pacientes recibían el combinado de niacina-laropiprant o placebo. Del total fueron excluidos un tercio durante el primer mes debido a la intolerancia del combinado. Un total de 25.673 pacientes fueron definitivamente aleatorizados a recibir el combinado vs. placebo durante una mediana de seguimiento de 3,9 años. Antes de la finalización del estudio, el 25% de los participantes en el brazo de niacina-laropiprant y el 17% del de placebo interrumpieron la medicación del estudio. Las razones principales de esta interrupción fueron alteraciones cutáneas, gastrointestinales y musculoesqueléticas. Cuando se añadió a la terapia estándar para la reducción de LDL-c, el combinado niacina-laropiprant incrementó el riesgo de miopatía definitiva (75 vs. 17; RR=4,4; IC 95%: 2,6-7,5; p<0,0001). Cualquier tipo de miopatía, definitiva o incipiente, fue más común en los pacientes incluidos desde China (138 vs. 27) que entre los europeos (17 vs. 11). Además, se encontró un incremento de transaminasas superior a 3 veces el límite normal, en ausencia de daño muscular, en 48 pacientes en el grupo de niacina-laropiprant en comparación con 30 pacientes en el grupo del placebo. A la vista de estos resultados, los autores concluyen que el riesgo de miopatía se incrementó al añadir el combinado niacina-laropiprant a simvastatina 40 mg (con o sin ezetimibe). Este riesgo fue particularmente mayor en la población china. A pesar de estos efectos adversos, de los pacientes que pudieron tolerar el combinado durante el primer mes, entorno a un 75% continuaron la medicación otros 4 años. Son los resultados del estudio HPS2-THRIVE los que han llevado a retirar del mercado el combinado niacina-laropiprant. Por tanto, hasta ver los resultados de otros fármacos hipolipemiantes como los inhibidores de la CETP o la combinación con estatinas-ezetimibe, el tratamiento de las dislipemias continuará basándose en su pilar fundamental: las estatinas.
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