Desde hace tiempo se conoce que el uso recreacional del cánnabis, y a través de dos de sus componentes tetrahydrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD), se asocia con efectos secundarios cardíacos, en especial con la aparición de fibrilacíon auricular, taquicardia ventricular y síndromes coronarios agudos (fundamentalmente por espasmo). Por otro lado, el dolor crónico es cada vez una patología más frecuente y que requiere de nuevos fármacos para un mejor control, motivo por el que cada vez más países, autorizan el uso de derivados del cánnabis para su control.
Gracias al registro tan exhaustivo que hacen los daneses de sus datos sanitarios, se pudo identificar en este país a 5.391 pacientes que recibieron una prescripción de cánnabis por dolor crónico (principalmente por dolores osteoarticulares) entre 2018 y 2021. La evolución de estos pacientes se comparó con 26.941 controles ajustados por edad y sexo. Los eventos que se registraron fue la aparición de un primer evento de arritmia cardíaca (fibrilación auricular, flútter, taquicardia ventricular u otro tipo de arritmia) y la hospitalización debida a un síndrome coronario agudo, ambos tanto a 180 días como al año del inicio de la prescripción de cánnabis.
A 180 días, el grupo de cánnabis tuvo un riesgo de aparición de una nueva arritmia del 0,8% (IC 0,6-1,1%) vs. 0,4% (IC 0,3-0,5%) del grupo control. A un año el riesgo fue de (IC 1,34-2,80%) del grupo cánnabis vs. 1,36% (IC 1-1,73%) del grupo control. La arritmia más frecuente en todos los casos fue la fibrilación auricular/flútter auricular con casi un 80% del total. El grupo más afectado fue el de pacientes con cáncer (si bien representaban únicamente un 17% de los pacientes tratados con cánnabis) y de aquellos que padecían síndrome metabólico. No se encontró diferencias entre ambos componentes del cánnabis.
No se encontraron diferencias significativas en los ingresos por síndrome coronario agudo ni en otros subanálisis como la aparición de insuficiencia cardíaca o ictus.
Pese a que el uso de cánnabis medicinal pudiera parecer lejano en nuestro medio, es cierto que cada vez más países legalizan su uso en determinadas ocasiones. Pese a la generalizada creencia de que el uso de esta substancia entraña pocos riesgos, no es menos cierto que aunque baja, este estudio apunta a que existe una mayor incidencia de arritmias cardíacas entre aquellos que emplean el cánnabis para el control del dolor. Este dato debe ser conocido tanto por profesionales como por pacientes, para poder individualizar el tratamiento y minimizar los riesgos.
Referencias: