Registro SWEDEHEART: Control precoz colesterol no-HDL reduce eventos cardiovasculares tras infarto

El estudio SWEDEHEART explora la relación entre los niveles de colesterol no-HDL después de un infarto de miocardio y los resultados cardiovasculares a largo plazo. El colesterol no-HDL, que incluye todas las lipoproteínas que contienen apolipoproteína B, es un marcador clave del riesgo cardiovascular, especialmente en pacientes con antecedentes de infarto. Este estudio se centra en evaluar cómo la reducción temprana y sostenida de los niveles de colesterol no-HDL impacta en la reducción de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), mortalidad y nuevos infartos no fatales.

Objetivos del estudio

El objetivo principal del estudio fue evaluar la asociación entre los niveles de colesterol no-HDL medidos a los 2 meses y 1 año después del infarto de miocardio y el riesgo de eventos adversos cardiovasculares, incluida la mortalidad y nuevos infartos. El estudio también buscó comparar la eficacia de una reducción intensiva y sostenida del colesterol no-HDL frente a un enfoque escalonado tradicional, donde la reducción de lípidos se logra gradualmente mediante el ajuste de la terapia.

Métodos

Este estudio observacional utilizó datos del registro SWEDEHEART, que recoge información detallada sobre los pacientes con infarto de miocardio en Suecia. Se incluyeron 56.262 pacientes de entre 18 y 79 años, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, que participaron en programas de rehabilitación cardíaca tras su primer infarto de miocardio entre 2005 y 2022. Se midieron los niveles de colesterol no-HDL al ingreso, a los 2 meses y a los 12 meses después del infarto. Los resultados principales evaluados fueron MACE (que incluye mortalidad por todas las causas, infarto no fatal y accidente cerebrovascular isquémico no fatal), mortalidad total e infarto no fatal.

Resultados

  1. Reducción del colesterol no-HDL y resultados a largo plazo: Durante un seguimiento medio de 5,4 años, se registraron 9.549 eventos MACE, 5.427 muertes y 3.946 infartos no fatales. Los pacientes que alcanzaron el nivel más bajo de colesterol no-HDL tanto a los 2 meses como al año mostraron una reducción significativa en el riesgo de MACE (HR 0,76, IC del 95%: 0,71-0,81) en comparación con aquellos en el cuartil más alto de colesterol no-HDL. Esta asociación fue consistente para todos los resultados evaluados.
  2. Importancia del control temprano y sostenido: Los pacientes que lograron una reducción temprana y sostenida del colesterol no-HDL (<2,2 mmol/L) dentro de los 2 meses después del infarto de miocardio y mantuvieron estos niveles bajos durante el primer año, tuvieron el riesgo más bajo de eventos adversos (HR 0,80; IC del 95%: 0,74-0,86). Los pacientes que alcanzaron los objetivos de colesterol no-HDL de manera temprana o tardía, pero no ambos, presentaron un riesgo ligeramente mayor de MACE (HR 0,86; IC del 95%: 0,79-0,93).
  3. Efectos de diferentes tratamientos: La reducción más significativa del colesterol no-HDL se observó en pacientes que recibieron terapia con estatinas de alta intensidad combinada con ezetimibe, en comparación con aquellos que solo recibieron estatinas. Los pacientes tratados con estatinas de alta intensidad y ezetimibe tuvieron una reducción media del colesterol no-HDL de 2,1 mmol/L, mientras que aquellos con terapia solo de estatinas alcanzaron una reducción media de 2,3 mmol/L.
  4. Beneficios del enfoque intensivo frente al escalonado: El estudio sugiere que un enfoque de reducción de lípidos intensivo y precoz después de un infarto de miocardio podría ser más beneficioso que el enfoque escalonado actual, que puede resultar en un retraso en el logro de los objetivos de lípidos y en posibles daños. Los beneficios de reducir el colesterol no-HDL se observaron tanto en el primer año como en los años siguientes, con mayores beneficios relativos a largo plazo.

Discusión

Los resultados del estudio SWEDEHEART desafían el enfoque escalonado tradicional para la reducción de lípidos después de un infarto de miocardio. El control intensivo y precoz del colesterol no-HDL se asocia con una reducción significativa del riesgo de eventos cardiovasculares y mortalidad. Estos hallazgos respaldan la necesidad de una estrategia más agresiva y temprana para el manejo del colesterol en pacientes post-infarto, utilizando combinaciones de terapias más potentes desde el inicio para lograr reducciones rápidas y sostenidas de los lípidos.

Conclusiones

Después de un infarto de miocardio, los pacientes que logran reducir significativamente los niveles de colesterol no-HDL de forma temprana y mantener estos niveles bajos a lo largo del tiempo presentan los mejores resultados a largo plazo en términos de reducción de eventos cardiovasculares adversos y mortalidad. Estos datos sugieren que un enfoque de tratamiento más intensivo y temprano podría mejorar los resultados de los pacientes en comparación con las estrategias tradicionales de reducción de lípidos escalonadas.

Referencias:

  1. Eur Heart J. - Intensive early and sustained lowering of non-high-density lipoprotein cholesterol after myocardial infarction and prognosis: the SWEDEHEART registry
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