El paradigma de que la enfermedad arterial coronaria obstructiva es sinónimo de angina de pecho e isquemia miocárdica debe reconsiderarse, porque no es aplicable al universo más amplio y no seleccionado de individuos que presentan angina estable y en los que a menudo no hay estenosis coronarias limitantes del flujo.
Quizás este 250 aniversario de la descripción original de la angina de Heberden represente una oportunidad para retomar este síndrome con un reconocimiento renovado de que las manifestaciones clínicas de la isquemia son diversas y de que las causas no obstructivas son comunes, pero siguen estando infravaloradas. También debemos reconocer que el conocimiento del mecanismo preciso de la isquemia debida a estenosis coronarias epicárdicas o a causas no obstructivas puede conducir a un tratamiento antianginoso más personalizado, que ofrece la esperanza de mejorar sustancialmente los síntomas y la calidad de vida en una población más amplia de pacientes con "angina de Heberden" en el siglo XXI.
Referencias: