A medida que la población envejece, los adultos mayores representan una proporción cada vez más relevante de los pacientes remitidos al laboratorio de hemodinámica. Los ancianos constituyen el grupo de mayor riesgo de morbilidad y mortalidad, sobre todo tras intervenciones coronarias percutáneas complejas y de alto riesgo. La evaluación estructurada del riesgo desempeña un papel clave en la diferenciación de los pacientes con probabilidades de obtener un beneficio neto frente a los que presentan un riesgo desproporcionado de sufrir daños.
Las herramientas convencionales de evaluación del riesgo de las sociedades cardiovasculares nacionales suelen basarse en tres pilares:
- Riesgo cardiovascular.
- Riesgo fisiológico y hemodinámico.
- Riesgos anatómicos y de procedimiento.
Proponemos añadir un cuarto pilar: los síndromes geriátricos, ya que los dominios geriátricos pueden sustituir a todos los demás aspectos del riesgo.
Referencias:
- JACC Adv. - Assessment and Management of Older Adults Undergoing PCI, Part 1: A JACC: Advances Expert Panel