Las comorbilidades metabólicas son frecuentes en los pacientes con enfermedad cardiorrenal; pueden causar enfermedad cardiovascular aterosclerótica, acelerar la progresión y afectar negativamente al pronóstico. Las comorbilidades más comunes son la diabetes mellitus de tipo 2 (DMT2), la obesidad/sobrepeso, la enfermedad renal crónica (ERC) y la hepatopatía crónica.
El sistema cardiovascular, los riñones y el hígado están vinculados a muchos de los mismos factores de riesgo (por ejemplo, dislipidemia, hipertensión, tabaquismo, diabetes y obesidad central/truncal), y las anomalías metabólicas y funcionales compartidas provocan daños en todos estos órganos a través de vías fisiopatológicas que se solapan.
La pandemia de COVID-19 ha complicado aún más el tratamiento de las enfermedades cardiometabólicas. La obesidad, la DMT2, la ERC y la hepatopatía se asocian a un mayor riesgo de malos resultados de la infección por COVID-19 y, a la inversa, COVID-19 puede conducir a un empeoramiento de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica preexistente.
Las altas tasas de estas comorbilidades ponen de relieve la necesidad de mejorar el reconocimiento y el tratamiento de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica en pacientes con obesidad, resistencia a la insulina o DMT2, enfermedades crónicas del hígado, y ERC e igualmente, mejorar el reconocimiento y el tratamiento de estas enfermedades en pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Las estrategias para prevenir y tratar las enfermedades cardiometabólicas incluyen la modificación del estilo de vida, la farmacoterapia y la cirugía. Se necesitan más programas a nivel social para fomentar una dieta sana y la actividad física.
Varios tratamientos farmacológicos ofrecen enfoques basados en mecanismos que pueden dirigirse a múltiples vías fisiopatológicas de distintas enfermedades. Entre ellos se encuentran los inhibidores del cotransportador 2 de sodio-glucosa, los agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón, los antagonistas selectivos del receptor de mineralocorticoides y los agonistas combinados del péptido insulinotrópico dependiente de la glucosa y del receptor del péptido 1 similar al glucagón. Las estrategias de adelgazamiento quirúrgicas y no quirúrgicas pueden mejorar los trastornos cardiometabólicos en personas con obesidad. Los nuevos biomarcadores que se están investigando pueden ayudar a identificar precozmente a los individuos de riesgo y revelar nuevas dianas terapéuticas.
Referencias:
- Eur Heart J. - Cardiometabolic risk management: insights from a European Society of Cardiology Cardiovascular Round Table