El consumo de cannabis ha aumentado de forma sostenida y su potencial impacto sobre la salud cardiovascular preocupa cada vez más en la práctica clínica. Este artículo resume los hallazgos de una síntesis cuantitativa de estudios observacionales que evaluaron eventos cardiovasculares mayores en personas usuarias de cannabis, con el objetivo de orientar decisiones clínicas informadas y mensajes preventivos efectivos.
Introducción
La evidencia disponible indica asociaciones positivas entre consumo de cannabis y eventos cardiovasculares. La presente síntesis integró datos de 24 estudios publicados entre 2016 y 2023 (17 transversales, 6 cohortes y 1 caso-control) que estimaron riesgos de síndrome coronario agudo (SCA), ictus y mortalidad cardiovascular en usuarios de cannabis. La muestra analizada fue predominantemente masculina y relativamente joven (media ponderada de edad: 38,4 años). Un estudio se centró en cannabis con uso médico.
Métodos en síntesis
Se combinaron estimaciones ajustadas de riesgo mediante un modelo de efectos aleatorios con ponderación por varianza inversa. Los desenlaces analizados fueron SCA, ictus, mortalidad cardiovascular y un compuesto SCA/ictus. Además, se efectuó un análisis restringido a estudios de cohorte para valorar la robustez de los resultados.
Resultados
- Síndrome coronario agudo: riesgo relativo (RR) 1,29 (IC95% 1,05–1,59).
- Ictus: RR 1,20 (IC95% 1,13–1,26).
- Mortalidad cardiovascular: RR 2,10 (IC95% 1,29–3,42).
- Compuesto SCA/ictus: no se observó asociación estadísticamente significativa (estimado en dos estudios).
- Análisis restringido a cohortes: resultados concordantes con la estimación primaria (RR 1,32; IC95% 1,01–1,73).
La evaluación de la calidad indicó alto riesgo de sesgo en la mayoría de los estudios (83,3%), principalmente por confusión no controlada y posible clasificación errónea de la exposición. Este contexto obliga a una interpretación prudente: los hallazgos muestran asociación, no causalidad.
Interpretación clínica
Las estimaciones apuntan a un incremento del riesgo de SCA e ictus en personas que consumen cannabis, con una asociación especialmente relevante para la mortalidad cardiovascular. En consulta, estos datos justifican preguntar activamente por consumo de cannabis —recreativo o médico— en pacientes con síntomas cardiovasculares y en prevención secundaria. Aunque la magnitud del riesgo es moderada para SCA e ictus, el aumento observado en mortalidad cardiovascular sugiere que el consumo puede coexistir con otros determinantes (tabaco, alcohol, patrones de uso intensivo) que agravan el pronóstico.
Mensajes clave
- El consumo de cannabis se asocia a mayor riesgo de SCA (RR 1,29) e ictus (RR 1,20).
- La mortalidad cardiovascular muestra la asociación de mayor magnitud (RR 2,10).
- El compuesto SCA/ictus no alcanzó significación (estimado en dos estudios).
- Los resultados se mantienen al analizar solo cohortes (RR 1,32).
- La evidencia es observacional y con alto riesgo de sesgo; interpretar con prudencia.
Relevancia clínica
En entornos de urgencias, cardiología clínica y atención primaria, la identificación del consumo de cannabis debe integrarse en la valoración del riesgo cardiovascular, sobre todo en pacientes jóvenes con eventos isquémicos, palpitaciones o dolor torácico. La valoración estructurada del consumo (frecuencia, vía, dosis aproximada y co-consumos) puede mejorar la estratificación de riesgo y orientar intervenciones de reducción de daño.
Aplicación práctica
- Cribado sistemático: incluir preguntas específicas sobre cannabis en la anamnesis cardiovascular (inicio, patrón de uso, combinaciones con tabaco/alcohol y otros estimulantes).
- Consejo breve: explicar de forma clara el mayor riesgo de SCA e ictus y el posible impacto sobre la mortalidad cardiovascular, enfatizando reducción o abstinencia tras un evento.
- Prevención secundaria: en pacientes con SCA o ictus, recomendar abstinencia de cannabis, optimizar factores modificables (tabaquismo, PA, lípidos) y reforzar adherencia terapéutica.
- Comunicación interprofesional: documentar el consumo y comunicarlo al equipo multidisciplinar (cardiología, neurología, adicciones) para un plan coherente.
- Vigilancia clínica: ante síntomas compatibles con isquemia o eventos neurológicos en usuarios de cannabis, bajar el umbral para evaluación urgente.
Impacto en la práctica clínica
La evidencia sintetizada respalda incorporar preguntas sobre cannabis en la práctica habitual, actualizar protocolos de urgencias para considerar su consumo como factor de riesgo potencial y reforzar la educación sanitaria en poblaciones jóvenes. Los hallazgos justifican estrategias de consejo breve y derivación a programas de reducción de riesgo cuando proceda. Dado el alto riesgo de sesgo de los estudios, la toma de decisiones debe individualizarse y contextualizarse con el perfil global del paciente.
Conclusión
El consumo de cannabis se asocia con mayor riesgo de SCA e ictus y con un incremento relevante de la mortalidad cardiovascular. Aunque la evidencia es observacional y sujeta a confusión residual, integrar el cribado y el consejo sobre cannabis en la atención cardiovascular puede aportar beneficios tangibles en prevención y pronóstico.
Referencias:
Ramón Bover Freire























