Durante más de un siglo, los médicos han buscado formas de reducir farmacológicamente el exceso de grasa corporal. La situación ha cambiado por fin gracias a los recientes avances en el campo de los agonistas bioquímicos del receptor del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) y su uso en poliagonistas basados en el GLP-1.
Estos poliagonistas reducen el peso corporal mediante una farmacología complementaria al incorporar los receptores del glucagón y/o del polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP).
En sus formas más avanzadas, los poliagonistas de hormonas intestinales consiguen una reducción de peso sin precedentes de hasta ∼20%-30%, ofreciendo una alternativa farmacológica a la cirugía bariátrica.
Junto con efectos favorables sobre la glucemia, el hígado graso y la enfermedad renal, también ofrecen efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular y el tejido adiposo. Así pues, estas nuevas intervenciones son muy prometedoras para el futuro de la medicación contra la obesidad.
Referencias: