La seguridad del tratamiento con digoxina en la fibrilación auricular sigue sin estar bien definida. El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos de la digoxina frente a la terapia con betabloqueantes en la fibrilación auricular.
Se incluyeron pacientes con fibrilación auricular tratados con digoxina o un betabloqueante del registro a largo plazo ESC-EHRA EORP AF (European Society of Cardiology-European Heart Rhythm Association EURObservational Research Program Atrial Fibrillation). Los objetivos a estudio fueron la mortalidad por todas las causas, la mortalidad cardiovascular, la mortalidad no cardiovascular, la calidad de vida y el número de pacientes con hospitalizaciones no planificadas. De 6.377 pacientes, 8,6% fueron tratados con digoxina. Durante 24 meses, hubo 8,6% eventos de mortalidad por todas las causas y 23,6% pacientes con hospitalizaciones de emergencia no planificadas.
En comparación con el bloqueador beta, la terapia con digoxina se asoció con un aumento de la mortalidad por todas las causas [HR 1,90; IC 95% 1,48–2,44], mortalidad cardiovascular [HR 2,18 (IC del 95%: 1,47–3,21)] , y mortalidad no cardiovascular [HR 1,68 (IC 95% 1,02-2,75)] con disminución de la calidad de vida, pero sin diferencias en las hospitalizaciones de urgencia [HR 1,00 (IC 95% 0,56–1,80)] u hospitalizaciones relacionadas con la fibrilación auricular [HR 0,95 (IC 95% 0,60–1,52)].
Sin embargo, en el análisis multivariable no hubo diferencias en ninguno de los resultados entre ambos grupos, después de tener en cuenta los posibles factores de confusión. Se obtuvieron resultados similares en los subgrupos de pacientes con fibrilación auricular permanente e insuficiencia cardíaca coexistente. No hubo diferencias en los resultados entre los pacientes con fibrilación auricular que recibieron digoxina con y sin enfermedad renal crónica.
Como conclusión, los malos resultados clínicos relacionados clásicamente con el uso de digoxina frente a la terapia con bloqueadores beta en términos de exceso de mortalidad y reducción de la calidad de vida se asocian con la presencia de otros factores de riesgo en lugar de la digoxina per se. La elección de tratamiento con digoxina o betabloqueantes no influyó en la incidencia de hospitalizaciones no planificadas.
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