Tras un ingreso hospitalario por insuficiencia cardiaca, los pacientes que reciben pautas de ejercicio ambulatorio y participan también en programas de entrenamientos presenciales, tienen menor mortalidad a 12 meses.
Se trata de un estudio controlado y randomizado que incluyó 278 pacientes (edad media 62.3 años, 25.5% mujeres) dados de alta tras un ingreso por insuficiencia cardiaca en cinco hospitales de Queensland, Australia. En todos los casos, durante el seguimiento, se optimizó el tratamiento médico y se establecieron pautas de ejercicio ambulatorio, todo ello acorde a las guías de práctica clínica. La mitad de los pacientes participó, además, en un programa de 24 semanas de duración de entrenamientos presenciales y dirigidos (grupo intervención). Los pacientes incluidos en este grupo presentaron, a 12 meses de seguimiento y de forma significativa, menor mortalidad por cualquier causa. Sin embargo, no observaron diferencias entre los grupos para el endpoint primario del estudio, consistente en el combinado de mortalidad por cualquier causa o reingreso a 12 meses (aunque en este caso si parecían obtener más beneficio aquellos pacientes <70 años incluidos en el grupo intervención). Por otro lado, los pacientes con buena adherencia al ejercicio físico presentaron, a 3 y 6 meses de seguimiento, y de forma significativa, menos mortalidad y reingresos hospitalarios. En consecuencia, los autores concluyen que tanto el ejercicio físico supervisado como el realizado como parte de un programa ambulatorio son efectivos y se pueden realizar de forma segura tras una hospitalización por insuficiencia cardiaca en pacientes seleccionados, teniendo claro impacto pronóstico en todos los casos.
Referencias:
Comentario del Dr. Pablo Díez Villanueva
Especialista en Cardiología. Responsable Insuficiencia Cardiaca. Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid