La dosis acumulativa para la repleción de hierro mediante Carboximaltosa Férrica se determina en función del peso corporal del paciente y del nivel de hemoglobina.
Algunas recomendaciones prácticas:
- No debe superarse una dosis de hierro acumulativa de 500 mg en los pacientes con un peso corporal <35 kg. Para pacientes con sobrepeso, deberá asumirse una relación normal de peso corporal/volumen de sangre al determinar la necesidad de hierro.
- Para pacientes con un valor de Hb ≥14 g/dl, deberá administrarse una dosis inicial de 500 mg de hierro y deberán controlarse los parámetros férricos antes de repetir la administración.
- Después de la reposición, deberán efectuarse evaluaciones periódicas para asegurar que los niveles de hierro han sido corregidos y se mantienen en el tiempo.
- Una dosis única de Carboximaltosa Férrica no debe superar los 1000 mg de hierro (20 ml) al día. No administrar 1000 mg de hierro (20 ml) más de una vez a la semana.
- En pacientes con insuficiencia renal crónica que dependen de hemodiálisis no debe excederse una dosis única máxima diaria de 200 mg de hierro.
- Carboximaltosa Férrica podrá administrarse en inyección intravenosa utilizando una solución sin diluir de hasta 1000 mg de hierro (hasta un máximo de 15 mg/kg de peso corporal). Para dosis superiores a 200 mg y hasta 500 mg de hierro, Carboximaltosa Férrica deberá administrarse a una velocidad de 100 mg/minuto. Para dosis superiores a 500 mg y hasta 1000 mg de hierro, Carboximaltosa Férrica deberá administrarse a lo largo de un periodo de 15 minutos.
- Carboximaltosa Férrica podrá administrarse en perfusión intravenosa hasta una dosis única máxima de 1000 mg de hierro (hasta un máximo de 20 mg/kg de peso corporal).
- Carboximaltosa Férrica debe administrarse únicamente por vía intravenosa: mediante inyección rápida, o durante una sesión de hemodiálisis sin diluir directamente en el brazo venoso del dializador o mediante perfusión en un sistema de venoclisis. En el caso de la perfusión en un sistema de venoclisis, Carboximaltosa Férrica debe diluirse únicamente con solución de cloruro de sodio al 0,9% m/V estéril. Por motivos de estabilidad, no se permiten diluciones a concentraciones menores de 2 mg de hierro/ml. Carboximaltosa Férrica no debe administrarse por vía subcutánea o intramuscular.
Tratamiento con hierro oral
El hierro oral es un tratamiento cómodo y es eficaz en muchos pacientes. Sin embargo, presenta algunas limitaciones, como su limitada absorción, disminuida todavía más en situaciones clínicas de inflamación, los bajos índices de liberación de hierro, la prolongación de los tiempos de reposición de los depósitos de hierro, intolerancia GI (10-40% de los pacientes dependiendo del tipo de preparado) y posterior reducción del cumplimiento, así como el estrés oxidativo que provocan los preparados basados en las sales ferrosas.
Tratamiento con hierro intravenoso
El tratamiento con hierro intravenoso (I.V.), como carboximaltosa férrica, puede ser más adecuado para los pacientes que no toleren las cantidades necesarias de hierro oral o cuando la pérdida crónica de hierro supere la tasa de sustitución posible con los suplementos de hierro oral. El hierro intravenoso es el tratamiento de elección si el hierro oral no es eficaz, por ejemplo en los pacientes que no pueden absorber suficientes cantidades de hierro en el aparato gastrointestinal. Debe aplicarse siempre que se requiera un efecto rápido o cuando deban evitarse las transfusiones de sangre. En combinación con los agentes estimulantes de la eritropoyesis, el hierro I.V. puede reducir de manera significativa las necesidades del agente estimulante de la eritropoyesis y por tanto los costes del tratamiento.