La estenosis aórtica y la regurgitación aórtica combinadas es la enfermedad valvular concomitante más frecuente en todo el mundo, y representa una población heterogénea que va desde estenosis aórtica leve con regurgitación aórtica grave hasta regurgitación aórtica leve con estenosis aórtica grave. Alrededor del 6,8 % de los pacientes con estenosis aórtica al menos moderada también tendrán regurgitación aórtica moderada o grave, y el 17,9 % de los pacientes con regurgitación aórtica al menos moderada sufrirán estenosis aórtica moderada o grave.
Algunos estudios demuestran que los pacientes con estenosis aórtica/regurgitación aórtica mixta moderada tienen resultados similares a aquellos con estenosis aórtica grave aislada. El diagnóstico y la cuantificación de la gravedad mixta de la estenosis aórtica/regurgitación aórtica se basan predominantemente en la ecocardiografía, pero las lesiones combinadas dan lugar a importantes limitaciones en la evaluación. La velocidad máxima de la válvula aórtica es el mejor parámetro para evaluar el impacto hemodinámico combinado de ambas lesiones, con una velocidad máxima superior a 4,0 m/s que sugiere una estenosis aórtica/regurgitación aórtica mixta grave.
Además, los síntomas, el aumento del grosor de la pared del ventrículo izquierdo y las presiones de llenado, y la tensión longitudinal global anormal del ventrículo izquierdo probablemente identifiquen a los pacientes de alto riesgo que pueden beneficiarse de un seguimiento más estrecho. Aunque las guías recomiendan intervenciones basadas en la lesión predominante, algunos pacientes podrían beneficiarse potencialmente de una intervención más temprana.
Una vez que se considera que un paciente requiere intervención, en el caso de los pacientes que reciben válvulas transcatéter, la presencia de estenosis aórtica/regurgitación aórtica mixtas podría conferir beneficios a favor de esta técnica en aquellos con alto riesgo de fuga paravalvular.
En general, el enfoque actual de manejo de pacientes basado en la lesión dominante podría ser demasiado reduccionista y un enfoque más holístico que incluya biomarcadores y datos multimodales de remodelación cardíaca e inflamación por imágenes podría ser más apropiado.
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Mixed aortic stenosis and regurgitation: a clinical conundrum.