El sistema cardiovascular está conectado al cerebro mediante conexiones axonales polisinápticas aferentes y eferentes de múltiples capas. Recientemente se han definido dos subcircuitos principales anatómica y funcionalmente distintos, aunque estrechamente interrelacionados, dentro del sistema cardiovascular: el circuito arteria-cerebro y el circuito corazón-cerebro. Sin embargo, aún no se sabe muy bien cómo influye el sistema nervioso en la progresión de las enfermedades cardiovasculares.
En este artículo se revisan los últimos descubrimientos sobre la anatomía, las estructuras y el funcionamiento interno del circuito arterioencefálico, menos conocido, y del circuito cardioencefálico, más conocido. Exploramos las pruebas de que las señales procedentes de las arterias o el corazón forman un circuito cerebral cardiovascular sistémico y finamente sintonizado: las entradas aferentes originadas en el árbol arterial o el corazón se transmiten a distintas neuronas sensoriales del cerebro. Allí, los centros de integración primaria actúan como nodos que reciben e integran las señales derivadas del circuito arterioencefálico y las derivadas del circuito cardioencefálico, y las procesan junto con las conexiones axonales y las señales humorales procedentes de regiones cerebrales distantes. Para concluir el circuito cerebral cardiovascular, los centros de integración transmiten las señales constantemente modificadas a las neuronas eferentes, que las transfieren de nuevo al sistema cardiovascular.
Es importante destacar que los centros de integración primarios están conectados a centros cerebrales secundarios que controlan una amplia variedad de rasgos cerebrales codificados en engramas, como la memoria inmunológica, la liberación de hormonas reguladoras del estrés, el dolor, la recompensa, las emociones e incluso los tipos de comportamiento motivado, y reciben información de ellos. Por último, se explora la importante posibilidad de que las neuronas efectoras cerebrales de la red de circuitos cerebrales cardiovasculares conecten señales eferentes con otros órganos periféricos, como el sistema inmunitario, el intestino, el hígado y el tejido adiposo. Los enormes avances recientes en relación con el circuito cerebral cardiovascular nos permiten proponer una nueva hipótesis de enfermedad cardiovascular centrada en la neurobiología que denominamos hipótesis del circuito cardiovascular neuroinmune.
Referencias:
- Circ Res. - Cardiovascular Brain Circuits