La obesidad antes del embarazo se relaciona con mayor riesgo de infarto a medio plazo
Según un estudio poblacional realizado en Dinamarca y recientemente publicado on line en Circulation, las mujeres con obesidad antes del embarazo presentaron un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio durante una mediana de seguimiento de 4,5 años.
El infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular (ACV) tienen peor pronóstico en las mujeres jóvenes. Por ello, las principales organizaciones para la salud consideran que son necesarios más datos sobre los factores de riesgo y los mecanismos fisiopatológicos en este grupo poblacional. El presente estudio surge con el propósito de estudiar la relación entre el índice de masa corporal (IMC) y el riesgo de infarto y ACV en mujeres sanas que habían dado a luz. Así pues, se desarrolló un estudio poblacional que estudió a todas las mujeres que dieron a luz en Dinamarca entre 2004 y 2009 y que carecían de antecedentes de infarto, dolor torácico, ACV e insuficiencia renal. Se clasificó a las mujeres en función del último peso antes del embarazo registrado en la primera visita de control gestacional. Se distinguieron las siguientes categorías: bajo peso (IMC<18,5 kg/m2), peso normal (IMC = 18,5 a <25 kg/m2), sobrepeso (IMC = 25 a <30 kg/m2), y obesidad (IMC≥30 kg/m2). Los end points primarios fueron la incidencias de infarto de miocardio y de los diferentes tipos de ACV. De forma adicional, se analizó el end point combinado de infarto, ACV y muerte de causa cardiovascular.
Se estudiaron a un total de 273.101 mujeres, con una edad media de 30,4 años durante una mediana de seguimiento de 4,5 años. Como era de esperar, las mujeres obesas presentaban más frecuentemente hipertensión, diabetes y dislipemia. La variable de tabaquismo, presentó una distribución en “U”, siendo más frecuente en las mujeres con bajo peso y en las obesas. 68 mujeres experimentaron infarto de miocardio, y 175 mujeres, un accidente cerebrovascular isquémico. Después de ajustar por el resto de factores de riesgo cardiovascular clásicos, la HR ajustada de infarto de miocardio en comparación con peso normal fue de 2,50 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0,97 a 6,50) en peso bajo; 1,68 (IC del 95%: 0,92 a 3,06) en las mujeres con sobrepeso, y 2,63 (IC del 95%: 1,41 a 4,91) en mujeres obesas. Para el accidente cerebrovascular isquémico las razones de riesgo ajustadas fueron de 1,06 (IC del 95%: 0,44 a 2,28), en bajo peso, 1,27 (IC del 95%: 0,87 a 1,85) en el sobrepeso, y 1,89 (IC del 95%: 1,25 a 2,84) en las mujeres obesas, respectivamente.
Con todo esto, los autores sostienen que, incluso tras ajustar por los factores de riesgo tradicional, la obesidad se asocia con mayor riesgo cardiovascular a corto-medio plazo en esta cohorte de mujeres sanas y jóvenes. Este hecho apoya la teoría de que la obesidad constituye un factor de riesgo por si misma, además de un marcador de otros desórdenes metabólicos. Consideramos, además, que el efecto de la obesidad en la población puede estar atenuado en este estudio, ya que incluyó sólo a mujeres que habían dado a luz. Así, como señalan los autores, podría haber un sesgo de población sana, dado que la obesidad es una conocida causa de infertilidad.
Pese a las limitaciones que se derivan de que los datos han sido obtenidos de registros poblaciones, estamos ante otro estudio que pone de manifiesto que la obesidad no es sólo perniciosa a largo plazo, sino que aumenta el riesgo cardiovascular también en personas jóvenes. Así pues, creemos que como cardiólogos y a través de las diversas iniciativas de divulgación que van surgiendo, hemos de ir tomando una responsabilidad creciente en las medidas de prevención primaria.
Enlaces: