En la actualidad se ha demostrado que las lipoproteínas de baja densidad son la causa de la aterosclerosis. El tratamiento farmacológico se centra en el aumento de los receptores de LDL, sobre todo en el hepatocito, lo que conduce a la captación de LDL de la sangre, reduciendo así la carga de la pared arterial.
Las estatinas han demostrado por primera vez la eficacia de este mecanismo para reducir la morbilidad y la mortalidad cardiovasculares. El concepto de "cuanto más bajo, mejor" fue demostrado por las estatinas de alta intensidad y los nuevos compuestos como la ezetimiba, los anticuerpos PCSK9, el inclisiran y, en última instancia, el ácido bempedoico.
El ácido bempedoico ha demostrado ser muy eficaz, por ejemplo, en pacientes intolerantes a las estatinas para reducir los eventos cardiovasculares (estudio CLEAR Outcomes). En la era de la medicina personalizada, no hay que olvidar que la respuesta individual a un fármaco hipolipemiante puede variar considerablemente. El ácido bempedoico tiene un perfil de seguridad favorable, en particular no induce problemas musculares porque su precursor no se metaboliza al fármaco activo en el músculo, y no induce hiperglucemia. El ácido bempedoico probablemente se utiliza mejor en combinación con ezetimiba, que produce reducciones del LDL-C en el rango de las estatinas moderadamente potentes; en una triple combinación oral con una estatina de alta intensidad, se pueden conseguir reducciones del LDL-C en el rango de dos tercios.
En conclusión, el ácido bempedoico es un arma adicional contra el efecto aterogénico del colesterol LDL, tanto en prevención primaria como secundaria.
Referencias: