Serie "5 minutos de Oro" con Rafael de la Espriella sobre la hipertensión arterial en el síndrome cardiorrenal; organizada por la Unidad de IC Avanzada y Trasplante del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia.
La hipertensión arterial es una comorbilidad frecuente en el síndrome cardiorrenal, afectando aproximadamente al 80% de estos pacientes. La relación entre hipertensión y el síndrome cardiorrenal se debe a mecanismos compartidos, como la activación del sistema neurohormonal, que conduce a una retención de sodio en el riñón, agravando así el problema de hipertensión en personas con insuficiencia cardíaca y renal avanzada.
Las guías clínicas recomiendan un control estricto de la presión arterial en pacientes con enfermedad renal crónica, apuntando a mantener la presión sistólica por debajo de 120 mmHg para reducir eventos cardiovasculares y renales. Sin embargo, en pacientes frágiles, ancianos o con insuficiencia cardíaca, estos objetivos deben adaptarse individualmente. Los estudios sugieren que en algunos casos, una presión arterial por debajo de 130 mmHg podría asociarse con un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, lo que indica la necesidad de un equilibrio cuidadoso en el manejo de la hipertensión en esta población.
En cuanto a tratamiento, se recomienda la utilización de inhibidores del sistema renina-angiotensina en combinación con antagonistas de calcio y, en casos específicos, antagonistas de mineralocorticoides. Los valores de presión arterial entre 120-140 mmHg parecen ofrecer el mejor balance entre riesgo y beneficio, particularmente en pacientes con características de alta vulnerabilidad.
En resumen, el manejo de la hipertensión en pacientes con síndrome cardiorrenal debe ser cuidadoso y adaptado, evitando la hipotensión que puede ser perjudicial, especialmente en los más vulnerables.