Estudio WOSCOPS, ¿estatinas para todos?
Según este estudio recientemente publicado en European Heart Journal la prevención primaria con estatinas en varones de mediana edad es costo-efectiva, reduce la utilización de recursos sanitarios y aumenta los años de vida saludables ganados.
Las estatinas son fármacos con un buen perfil de seguridad y una indicación bien establecida en la prevención secundaria de los eventos cardiovasculares. Son muchos los estudios que muestran que, en pacientes con eventos previos, su uso se asocia a un claro beneficio clínico.
En prevención primaria, por el contrario, su uso es más controvertido, sobre todo en pacientes con un perfil de riesgo no elevado. Además, de aspectos puramente clínicos, el extender el uso de este fármaco a pacientes sin enfermedad cardiovascular previa supondría un importante coste económico que debe ser también tenido en cuenta en estos tiempos de crisis. Para intentar arrojar luz sobre esta última controversia, surge el presente subanálisis del estudio WOSCOPS (The West of Scotland Coronary Prevention Study).
El estudio WOSCOPS incluyó a pacientes varones de entre 45 y 64 años con hipercolesterolemia, que no habían sufrido previamente ningún infarto de miocardio. Fueron aleatorizados a recibir placebo o 40 mg de Pravastatina al día durante 5 años. Entre 1989 y 1991, 6.595 varones fueron aleatorizados, el promedio de seguimiento fue de 4,9 años, las visitas finales del estudio fueron en mayo de 1995. Durante los cinco años de tratamiento con pravastatina el end point primario de muerte por cardiopatía isquémica o infarto de miocardio no fatal se redujo del 7,9% en el grupo placebo al 5,5% en el grupo de tratamiento (p=0,001). No se objetivó un mayor riesgo de muerte por causas no cardiovasculares, ni un aumento en la incidencia de neoplasias.
Durante los primeros 5 años de seguimiento post-estudio el uso de la terapia de reducción de lípidos fue similar en los dos grupos (38,7 y 35,2% en los brazos de pravastatina y placebo, respectivamente). El tratamiento de 1.000 pacientes con pravastatina (40 mg/día) durante 5 años ahorró al sistema sanitario británico 710.000 libras (p=0,001 ), pese a tener en cuenta el coste de la pravastatina y de los controles del perfil de lípidos y de seguridad. También se objetivó una ganancia de 136 QALY’s durante el período de seguimiento post-estudio de 15 años. Por cada 1.000 sujetos tratados se registraron 163 ingresos hospitalarios menos, con un ahorro de 1.836 días en el hospital, estos datos se registraron a expensas de un menor número de ingresos por infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y revascularización coronaria. No hubo más ingresos hospitalarios ni aumento de gastos por patologías no cardiovasculares (tampoco de los asociados a la diabetes o sus complicaciones). Son varios los interrogantes que este estudio deja por responder, por ejemplo, cuál sería el balance coste-beneficio de tratamientos más prolongados con estatinas (hemos de tener en cuenta que se trata de pacientes jóvenes que reciben este tratamiento como prevención primaria). También cabe preguntarse si debemos usar estatinas más potentes que la pravastatina (como la atorvastatina o la rosuvastatina) para reducir aún más los eventos vasculares, o si bien en población joven y sana son más deseables estatinas con menos potencia pero un mejor perfil de seguridad.
En cualquier caso, aunque no debemos caer en el error de usar estos fármacos de forma indiscriminada, si parece que su uso se justifica desde varios puntos de vista, en pacientes hipercolesterolémicos pese a que aún no hayan sufrido ningún evento cardiaco.
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