Cierre Percutáneo de anomalías coronarias en la edad adulta: Una realidad en la actualidad
Comentario de los Autores: Drs. Víctor Alfonso Jiménez Díaz, José Antonio Baz Alonso, Andrés Íñiguez Romo
En este artículo se tratan dos tipos de anomalías congénitas coronarias que llegaron hasta la vida adulta tardía sin dar síntomas durante la infancia y adolescencia. La incidencia de las mismas suele ser baja (0,2-0,6% de las series angiográficas y 0,002% de la población general), y habitualmente son de pequeño tamaño, consistiendo en pequeñas ramas que van a cavidades derechas, no produciendo síntomas y sin requerir por tanto tratamiento. Las grandes suelen deberse al nacimiento anómalo de las arterias coronarias y suelen producir síntomas en diferentes momentos de la vida en función del tamaño y van desde angina, insuficiencia cardiaca o muerte súbita. De todas las arterias coronarias, la circunfleja es la menos afectada.

El primer caso reportado de una fístula coronaria fue en 1865 por Krause, quién la describió con una tríada diagnóstica: un soplo de vaivén (to-and-fro murmur) de localización anormal; un cortocircuito de izquierda a derecha a nivel auricular o ventricular; y una arteria coronaria grande y tortuosa en la angiografía. En 1912, Trevor describió los hallazgos en una autopsia de una fístula de la arteria coronaria derecha con el ventrículo derecho. El cierre espontáneo de la fístula secundaria a trombosis espontánea se ha informado, aunque es muy poco frecuente (1-2% de los casos), y su asociación con otra enfermedad congénita del corazón, como la tetralogía de Fallot, comunicación interauricular, conducto arterioso persistente, entre otros, no es poco frecuente (20-45%).
Históricamente el tratamiento de las anomalías de gran tamaño ha sido quirúrgico, pero en la actualidad con el avance de las técnicas percutáneas ésta opción gana enteros, entrando dentro del apartado de las cardiopatías estructurales. No existen estudios aleatorizados que comparen ambas formas de tratamiento, pero las guías recomiendan cualquiera de las dos formas de tratamiento siempre con el mismo nivel de evidencia. En el caso del tratamiento percutáneo se debe delimitar las repercusiones de la oclusión antes de hacerla definitivamente, bien con el posicionamiento del dispositivo o inflando un balón durante un periodo variable de tiempo mientras se valora la repercusión hemodinámica.
Reidy et al, en 1983, reporto por primera vez el cierre percutáneo de una fístula coronaria, dando pie al desarrollo de un procedimiento que se ha convertido en una alternativa en pacientes con anatomía coronaria adecuada. Con el cierre percutáneo, la oclusión completa se ha observado en hasta el 80% de los pacientes, con un mínimo de complicaciones durante el procedimiento. Las ventajas generales de cierre percutáneo sobre la cirugía abierta, incluye estancias hospitalarias más cortas, una recuperación más rápida y una mejor aceptación y tolerancia del paciente al procedimiento.
Los dos casos que se presentan en el artículo se manifestaron en una edad tardía, por lo que en el caso de la circunfleja anómala se produjo compensación por circulación colateral y esa se consideró que sería la que perfundiese el territorio de la circunfleja una vez ocluida. Técnicamente no era extremadamente compleja, y el resultado final era predecible.
La fístula al seno coronario ya nos pareció más compleja, pero también lo era el abordaje quirúrgico, por lo que con la experiencia del caso anterior se abordó y fue relativamente sencilla su resolución.
Con el perfeccionamiento de las técnicas de imagen, la mejora en los dispositivos de oclusión y la mayor experiencia de los profesionales intervencionistas, es posible realizar una mejor selección de los pacientes que se pueden beneficiar del tratamiento percutáneo de las anomalías coronarias, obteniendo excelentes resultados y mejorando el pronóstico de los pacientes.
Enlaces:
- PubMed - Percutaneous closure of coronary fistulas in elderly patients with complex vascular anatomy »
Comentario de los Drs. Víctor Alfonso Jiménez Díaz, José Antonio Baz Alonso, Andrés Íñiguez Romo

Dr. Víctor Alfonso Jiménez Díaz Cardiólogo Intervencionista de la Unidad de Hemodinámica y Coordinador Científico de Investigación del Departamento de Cardiología del Hospital Meixoeiro, Complejo Hospitalario Universitario de Vigo.

Dr. José Antonio Baz Alonso Cardiólogo Intervencionista, Jefe de Sección, Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Meixoeiro, Complejo Hospitalario Universitario de Vigo.

Dr. Andrés Íñiguez Romo Jefe de Servicio y Director del Área de Gestión de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, y Presidente Electo de la Sociedad Española de Cardiología.