Comentario de la Autora: Laura Fuertes Kenneally
La insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (IC-FEVIr) constituye una epidemia global de salud pública, con un impacto significativo en la capacidad funcional y calidad de vida de los pacientes. Entre sus manifestaciones más frecuentes se encuentran la intolerancia al ejercicio y la sarcopenia, ambas asociadas a mayor morbimortalidad y peor calidad de vida. Por tanto, existe una necesidad urgente de identificar terapias complementarias que contribuyan a aliviar los síntomas y mejorar la capacidad funcional de estos pacientes. En este contexto, el monohidrato de creatina (MC) ha emergido como un suplemento potencialmente útil en el abordaje integral de la IC. Ampliamente utilizada en el ámbito deportivo por su capacidad para mejorar la fuerza y el rendimiento muscular a través de la regeneración rápida de ATP, el MC ha demostrado además efectos pleiotrópicos sobre la función cognitiva e incluso el estado de ánimo. Aunque estudios previos han sugerido beneficios funcionales en pacientes con IC, la evidencia disponible es escasa, heterogénea y desactualizada, sin haberse evaluado en el contexto terapéutico actual de la IC. Por ello, el objetivo de este estudio fue analizar la eficacia y seguridad de la suplementación con MC en pacientes con IC-FEVIr.
Se llevó a cabo un estudio piloto, prospectivo, unicéntrico y no controlado, en el que se incluyeron a 43 pacientes con IC-FEVIr (FEVI < 40%) de cualquier etiología, clínicamente estables en los tres meses previos (NYHA I-III) y sin limitaciones físicas que contraindiquen el ejercicio. Se excluyeron aquellos con edad >80 años, clase funcional NYHA IV o enfermedad renal crónica estadio >G3b. Los pacientes recibieron 5 g/día de MC durante 3 meses, una dosis con eficacia ampliamente demostrada tanto en deportistas como en otras patologías. La intervención se implementó tras la finalización del programa de rehabilitación cardiaca, por lo que no se combinó con ejercicio físico estructurado. No se realizaron cambios en la medicación durante el periodo de suplementación. Los objetivos principales fueron evaluar la seguridad, con especial atención a la función renal y el impacto sobre la capacidad funcional (CF) y la calidad de vida (CV). La CF se valoró mediante el test de la marcha de 6 minutos (6MWT) y la CV con el cuestionario Kansas City Cardiomyopathy Questionnaire (KCCQ). Además, se analizaron otros parámetros analíticos (incluyendo marcadores de congestión como NT-ProBNP y CA125) y ecocardiográficos. Las variables se recogieron antes del inicio de la intervención y al finalizarla (a los tres meses), con excepción de los parámetros analíticos, que se midieron en el momento basal, a las seis y doce semanas. Además, se documentaron eventos clínicos a 12 meses, incluyendo descompensaciones de IC y mortalidad cardiovascular.
En cuanto a los resultados, se constató que la intervención era segura, no se registraron eventos adversos atribuibles a la suplementación, ni diferencias en la tasa de descompensación de IC o mortalidad al año. La MC se asoció a un aumento transitorio de la creatinina sérica y a una reducción del filtrado glomerular estimado (FGe) a los 3 meses, ambos reversibles tras la suspensión del suplemento. Este fenómeno se atribuye al metabolismo de la propia MC, cuyo producto de degradación es la creatinina, lo que interfiere en las fórmulas de estimación del FGe sin reflejar un daño renal real. De hecho, estudios que emplean ecuaciones basadas en la cistatina C no han evidenciado alteraciones en la función renal con MC.
Por otro lado, se observó una mejoría significativa en la distancia recorrida en el 6MWT (48,7 ± 32,8 m; p = 0,01), superando el umbral de relevancia clínica descrito para esta población (35–37 m). Asimismo, se objetivó una mejora en la CV, con un incremento de 4,1 ± 12,3 puntos en la puntuación global del KCCQ (p = 0,03), y diferencias significativas en los dominios de limitación social y autoeficacia. Además, se registró una reducción significativa de la percepción de esfuerzo en la escala de Borg (−1,57 ± 1,73 puntos; p < 0,01) y una menor respuesta cronotrópica durante el ejercicio (−2,43 ± 8,66 lpm; p = 0,04), lo que sugiere una mayor tolerancia al esfuerzo. En cambio, no se encontraron cambios significativos en los parámetros ecocardiográficos (FEVI o diámetros ventriculares) ni en los biomarcadores cardiacos.
Estos hallazgos sugieren que la suplementación con MC es una estrategia segura y potencialmente eficaz para mejorar la capacidad funcional y la CV en pacientes con IC-FEVIr. No obstante, los resultados deben interpretarse con cautela debido a las limitaciones del diseño: la ausencia de grupo control (justificada por su carácter piloto), el reducido tamaño muestral, y la falta de evaluación de la capacidad funcional mediante el consumo de oxígeno pico, considerado el estándar de referencia. Serán necesarios ensayos clínicos aleatorizados, con grupo control y mayor potencia estadística para confirmar estos hallazgos preliminares. Futuras líneas de investigación también podrían explorar la combinación de MC con programas de rehabilitación cardiaca estructurada, así como su impacto sostenido en el tiempo.
En conclusión, la MC surge como una opción terapéutica adyuvante prometedora en pacientes con IC-FEVIr, especialmente en aquellos con sarcopenia o limitaciones funcionales persistentes pese a tratamiento médico óptimo. Su bajo coste, buena tolerancia y disponibilidad hacen de ella una herramienta atractiva como tratamiento adyuvante en la IC.
Referencias:
- REC: CardioClinics. - Efficacy and safety of creatine supplementation in patients with heart failure and reduced ejection fraction: a pilot study

Laura Fuertes Kenneally