La similitud entre las directrices actuales y las anteriores se extiende a los principios científicos en los que se han basado las directrices. Las directrices de 2023 se han elaborado tras una cuidadosa búsqueda de nuevos estudios en el ámbito de la hipertensión y áreas afines. Además, al igual que en el pasado, se ha asignado un valor máximo a los ensayos clínicos aleatorizados, al tiempo que se mencionan sus límites cuando procede. Sin embargo, se han tenido en cuenta todas las demás fuentes de conocimiento relevantes (desde los estudios observacionales hasta las series de casos clínicos), e incluso no se han ignorado los estudios mecanísticos, dada su relevancia para las decisiones diagnósticas y terapéuticas en grupos individuales de pacientes. Se ha prestado especial atención a los estudios del mundo real, que desempeñan un papel cada vez más importante en la investigación de la hipertensión y a veces aportan conocimientos en áreas que no pueden abordarse mediante ensayos clínicos aleatorizados.
Al igual que las guías anteriores, las guías 2023 (i) consideran que su valor es educativo, lo que explica por qué el texto aborda los datos que justifican las recomendaciones y (ii) enfatizan que sus recomendaciones no son invariablemente prescriptivas para pacientes individuales porque se basan en datos promedio y abordan condiciones o enfermedades en general. En pacientes individuales, las decisiones diagnósticas y terapéuticas más apropiadas pueden diferir de las expresadas por las directrices.
Referencias: