La estenosis aórtica se ha convertido en una importante carga para la salud, con una prevalencia del 2-6% en la población mayor de 65 años. En todo el mundo, se calcula que 12,6 millones de pacientes con estenosis aórtica calcificada, la etiología más común de la estenosis aórtica, han causado 102.700 muertes y la prevalencia parece aumentar rápidamente con el envejecimiento de la población, especialmente en Europa y Norteamérica.
Hace casi 60 años, Ross y Braunwald informaron por primera vez de los pésimos resultados de la estenosis aórtica grave sintomática. Igualmente, hace ya 35 años que se demostró la excelente evolución de esta población tras la sustitución quirúrgica de la válvula aórtica. Aunque se basaba únicamente en datos observacionales, la diferencia de supervivencia era tan notable que no habría sido ético realizar un ensayo controlado aleatorizado que comparara la cirugía con el tratamiento conservador, por lo que nunca se ha llevado a cabo. Sin embargo, el desarrollo de la implantación de una válvula aórtica transcatéter (TAVI) confirmó finalmente en un ensayo clínico aleatorizado que incluyó a pacientes que no cumplían los requisitos para una cirugía valvular aórtica que el alivio de la estenosis aórtica mediante TAVI iba seguido de una mejora espectacular de la supervivencia, incluso en esta población tan enferma. Por lo tanto, las directrices actuales recomiendan encarecidamente la intervención (cirugía valvular o TAVI en función de las características del paciente y de su esperanza de vida) en pacientes con estenosis aórtica grave sintomática.
En cambio, la estenosis aórtica moderada, definida por un área valvular aórtica de entre 1,0 y 1,5 cm2 y una velocidad transvalvular máxima de entre 3,0 y 4,0 m/s y un gradiente de presión medio de entre 20 y 40 mmHg con flujo normal, se ha considerado hasta ahora más bien benigna y no justifica la intervención, con la única excepción de la sustitución valvular concomitante cuando la cirugía a corazón abierto está indicada por otros motivos (otra valvulopatía, aneurisma aórtico, arteriopatía coronaria). La idoneidad de este tratamiento de la estenosis aórtica moderada ha sido cuestionada por publicaciones más recientes que informan de una mortalidad relativamente alta en esta población y plantean la cuestión de si la intervención debería siquiera plantearse en la estenosis aórtica moderada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se ha observado un aumento de la mortalidad en todo el espectro de gravedad de la estenosis aórtica, e incluso se ha demostrado que la esclerosis de la válvula aórtica está asociada a la mortalidad y la morbilidad cardiovasculares.
Así pues, la intervención en la estenosis aórtica moderada sigue siendo objeto de debate.
Referencias: