Presión arterial nocturna y Función cognitiva
Comentario del Autor: Dra. Cristina Sierra
En este estudio se valoró la relación entre el patrón circadiano de la presión arterial (PA) y la función cognitiva en una muestra homogénea de pacientes de mediana edad afectos de una hipertensión arterial (HTA) nunca tratada, y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, diabetes o consumo de alcohol, todos ellos posibles factores de confusión a la hora de evaluar la función cognitiva o la existencia de un deterioro cognitivo. Se incluyeron 34 pacientes hipertensos con un perfil de reducción nocturna de la PA tipo “non-dipper”, definido como una reducción nocturna de la PA sistólica inferior al 10% en relación a la media diurna, y 22 pacientes que si reducían la PA sistólica durante la noche (>10%) (“dipper”). Los pacientes que no reducían la PA durante la noche mostraron peores puntuaciones en los tests neuropsicológicos [Memoria de fijación y evocación (verbal y visual); Lenguaje; Atención; Funciones ejecutivas] que los pacientes que sí reducían la PA durante la noche, siendo especialmente significativo la diferencia en la memoria visual..

En varios estudios transversales, los pacientes que no reducen la PA durante la noche (non-dippers) han mostrado una mayor prevalencia de lesión de órgano diana, tanto a nivel cardíaco (hipertrofia de ventrículo izquierdo) y renal (microalbuminuria) como en retina y cerebro (lesiones de substancia blanca, lacunares), en comparación con los pacientes que reducen la PA durante la noche (dippers). En relación a la asociación entre el perfil circadiano de la PA y la función cognitiva los resultados son controvertidos, probablemente por las diferencias de las poblaciones analizadas (la mayoría en ancianos) o los tests empleados en la valoración cognitiva (MiniMental en una gran mayoría), por ejemplo.
La variabilidad de la PA, en la que se incluye el perfil circadiano, es una medida del estatus hemodinámico y refleja la función del sistema nervioso autónomo. Las fluctuaciones de la PA son el resultado de la compleja interacción entre los estímulos del medio ambiente, los factores genéticos y los mecanismos de control cardiovascular.
La relación existente entre la elevación de la PA y el desarrollo posterior de un deterioro cognitivo es un hecho ampliamente aceptado y demostrado tanto en estudios transversales como longitudinales. Los mecanismos etiopatogénicos implicados son diversos, complejos y no totalmente aclarados. Se ha sugerido que la enfermedad cerebral de pequeño vaso (lesiones de substancia blanca, infartos lacunares, microhemorragias), de la que la HTA es el factor de riesgo vascular modificable más relacionado, estaría asociada con la aparición de un deterioro de la función cognitiva.
Sin embargo, a pesar de esta indudable relación epidemiológica, los pocos ensayos clínicos realizados hasta la fecha muestran resultados controvertidos, con algún estudio que sí evidencia un efecto protector del tratamiento antihipertensivo y el control de la PA sobre el desarrollo de un deterioro cognitivo y/o demencia, mientras otros estudios no lo han confirmado. Sí que es cierto que los estudios observacionales muestran algún beneficio del tratamiento antihipertensivo y el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer. También han mostrado que cuanto mayor es la duración del tratamiento antihipertensivo mayor es el efecto preventivo, y que el tratamiento parece más efectivo en ancianos más “jóvenes” que en pacientes muy ancianos.
En definitiva, tenemos más preguntas que respuestas y son necesarios más estudios para establecer con claridad los mecanismos etiopatogénicos de la relación entre la elevación de la PA y el desarrollo posterior de un deterioro de la función cognitiva, así como el tratamiento más adecuado.
Enlaces:
- Rev Esp Cardiol - Circadian Blood Pressure Pattern and Cognitive Function in Middle-aged Essential Hypertensive Patients »
Sobre el Autor

La Dra. Cristina Sierra es especialista en Medicina Interna y trabaja en la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona. Por otra parte, en estos momentos también es responsable del Hospital de Día para el Paciente Crónico Complejo del Clínic y es Profesora Asociada de Medicina de la Universidad de Barcelona.
Todo su trabajo de investigación se ha focalizado en la repercusión cerebral de la hipertensión arterial. Ha formado parte de Juntas Directivas de la Sociedad Española de Hipertensión y de la Sociedad Catalana de Hipertensión, así como Editora Asociada de la revista Hipertensión y Riesgo Vascular. Durante un año realizó un stage de ampliación de estudios post-doctorales en Montreal, Canadá.
En la actualidad es la Coordinadora del Grupo de Estudio sobre Hipertensión y Cerebro de la Sociedad Española de Hipertensión, y miembro de la Junta Directiva del “Working Group on Hypertension and the Brain” de la Sociedad Europea de Hipertensión.