La prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC) se encuentra en aumento y dicha entidad se asocia con eventos cardiovasculares y progresión a enfermedad renal terminal.
El antagonista del receptor de mineralocorticoides no esteroideo (MRA), finerenona, ha demostrado efectos beneficiosos con protección cardiorrenal en pacientes con ERC y diabetes (estudios FIGARO y FIDELIO). Se desconoce si estos efectos pueden ser extrapolables con el empleo de espironolactona, un MRA esteroideo de menor coste y amplia experiencia previa.
El ensayo BARACK-D (Benefits of Aldosterone Receptor Antagonism in Chronic Kidney Disease) es un ensayo prospectivo, aleatorizado, abierto, donde se evaluó el uso de 25 mg de espironolactona vs tratamiento habitual en una cohorte comunitaria con ERC estadio 3b (filtrado glomerular estimado 30-44 ml/min/1.73m2). El objetivo primario fue el tiempo hasta la aparición de muerte, hospitalización cardiovascular, ictus o ataque isquémico transitorio, insuficiencia cardíaca o enfermedad arterial periférica.
Se incluyeron un total de 1434 pacientes, de los cuales 1372 (96%) fueron finalmente incluidos en el análisis. La edad media de los pacientes incluidos fue de 74,8 ± 8,1 años, con una distribución balanceada de ambos sexos (54,5% mujeres). La mayoría de los pacientes estaban previamente tratados con inhibidores del eje renina-angiotensina (IECA/ARA II, 76.6%). El tratamiento concomitante con inhibidores de SGLT2 fue anecdótico. El seguimiento medio fue de 3 años. El objetivo primario ocurrió en 113 de 677 pacientes en el grupo de espironolactona (16,7%) y en 111 de 695 pacientes del grupo control (16%), HR 1,05 IC95% 0,81-1,37, p 0,702). No se observaron diferencias en ninguno de los objetivos secundarios. Dos tercios de los pacientes del grupo de espironolactona abandonaron el tratamiento a los 6 meses mayoritariamente al cumplir los criterios de suspensión del fármaco por motivos de seguridad establecidos en el protocolo. La causa más frecuente para suspender espironolactona fue la disminución del filtrado glomerular (35.4%), hipotensión sintomática o hiperpotasemia (8%).
Los resultados negativos de este estudio permiten elaborar dos conclusiones:
- El uso de espironolactona en pacientes con ERC estadio 3b no se recomienda en ausencia de otra indicación (p. ej. Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida). El tratamiento con espironolactona se asoció con el empeoramiento de la función renal, hiperpotasemia e hipotensión sintomática.
- Por comparación, finenerona parecer ser una molécula diferente con efectos beneficiosos adicionales a nivel cardíaco y renal, y una mayor tolerabilidad (menor tasa de hiperpotasemia e hipotensión).
Podemos concluir por tanto que el tratamiento con espironolactona se asocia con efectos adversos significativos y no reduce los eventos cardiovasculares pacientes con ERC G3b.
Referencias:

César Jiménez Méndez