Efecto de la movilización de células progenitoras con factores estimulantes de colonias de granulocitos-macrófagos en pacientes con enfermedad vascular periférica
AHA 2013 Dallas. Estudio donde se evaluó si la terapia con factores estimulantes de colonias de granulocitos-macrófagos producía una mejora en la clase funcional en pacientes con enfermedad vascular periférica. Los autores concluyen que este tratamiento no supuso una mejoría de la clase funcional estadísticamente significativa.
Muchos pacientes con enfermedad vascular periférica presentan deterioro de la capacidad funcional a pesar de la terapia convencional. De hecho, en estudios experimentales con animales se ha demostrado una mejoría de la perfusión en miembros isquémicos tras la movilización de células progenitoras de médula ósea. Sin embargo, esta terapia no ha sido evaluada en pacientes con enfermedad vascular periférica.
Para ello, se diseñó un estudio recientemente presentado en el congreso americano de cardiología de Dallas y publicado en la prestigiosa revista JAMA, cuya hipótesis fue la de investigar si la terapia con factores estimulantes de colonias de granulocitos-macrófagos (GM-CSF) produce una mejoría en la capacidad de ejercicio en pacientes con claudicación intermitente.
El estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Atlanta durante los años 2010-2012. Se trata de un ensayo fase 2 doble ciego y controlado por placebo, que incluyó a 159 pacientes (edad media 64 años; 87% hombres; 37% con diabetes) con claudicación intermitente. Los participantes fueron aleatorizados 1:1 a recibir 4 semanas una inyección subcutánea de GM-CSF de 500 g/día 3 veces por semana o placebo. A ambos grupos se les insistió en caminar hasta la claudicación diariamente. Como objetivo primario de eficacia se evaluó el tiempo de ejercicio caminando sobre la cinta sin fin a los 3 meses del inicio del tratamiento. Se definieron como objetivos secundarios el tiempo de ejercicio sobre la cinta sin fin a los 6 meses, cambios en los niveles circulantes de células progenitoras, índice tobillo-brazo y el empeoramiento en los scores de WIQ y SF-36.
De los 159 pacientes aleatorizados, 80 fueron asignados al grupo que recibió GM-CSF. La media de tiempo en la cinta sin fin a los 3 meses aumentó en el grupo al que se le administró GM-CSF de 296 a 405 segundos (cambio medio de 109 segundos; IC 95% 67-151), y en el grupo placebo de 308 a 376 segundos (cambio medio de 56 segundos; IC 95% 14-98); esta diferencia no fue estadísticamente significativa (53 segundos; IC 95% -6 a 112; p=0,08).
Además, a los 3 meses el grupo que recibió GM-CSF, en comparación con el placebo, mejoró la puntuación del subscore SF-36 (11,4 versus 4,8; cambio medio de 7,5; IC 95% 1,0-14,0; p=0,03). De manera similar, el score WIQ de distancia mejoró en el grupo de intervención (12,5 versus 4,8; cambio medio 7,9; IC 95% 0,2-15,7; p=0,047). No se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en el índice tobillo-brazo ni en los scores WIQ de distancia y velocidad, así como en los tiempos de inicio de la claudicación o en el componente físico o mental de los scores SF-36 entre ambos grupos.
Tras los resultados expuestos, los autores concluyen que la terapia con GM-CSF durante 3 veces a la semana no se tradujo en una mejora de la capacidad funcional medida en la cinta sin fin a los 3 meses del seguimiento. No obstante, las mejorías obtenidas en parámetros secundarios ponen de manifiesto que esta terapia necesita de más estudios para constatar su utilidad en pacientes con claudicación intermitente.
Enlaces: