En el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) 2021 y publicado en The New England Journal of Medicine hemos conocido los resultados del ensayo clínico fase III EMPEROR-Preserved, ensayo clínico aleatorizado doble ciego que comparó el tratamiento con empagliflozina frente a placebo en pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) y fracción de eyección (FEVI) preservada. Demostró el objetivo primario combinado de reducción de la mortalidad cardiovascular u hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca, así como la disminución del deterioro de la tasa de filtrado glomerular estimado (objetivo secundario).
Estos resultados revelan que empagliflozina muestra una reducción del riesgo relativo de un 21% del tiempo hasta el primer evento por muerte de origen cardiovascular u hospitalización por insuficiencia cardiaca en adultos con IC con FEVI preservada en comparación con placebo(1). EMPEROR-Preserved incluyó a 5.988 pacientes con insuficiencia cardiaca y FEVI>40%, clase funcional NYHA II-IV, y elevación del NT-proBNP, de los que la mitad eran diabéticos. La mediana de seguimiento fue de 26 meses. Los participantes del ensayo clínico fueron asignados aleatoriamente para recibir empagliflozina 10 mg (n=2.997) o placebo (n=2.991) una vez al día.
Los datos de seguridad globales estuvieron en consonancia con los resultados previos, lo que confirma su perfil de seguridad bien establecido. Respecto a sus características basales destacadas los pacientes, 4.005 presentaban una fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) superior al 50% o más y 1.983 tenían una FEVI entre 40% y 50%1. El NT-proBNP medio fue de 974 pg/mL, y el 50% tenían una tasa de filtrado glomerular estimada (TFGe) menor a 60 mL/min/1,73m2. Partían de un tratamiento médico optimizado: el 80% tomaban ACEi/ARB/ARNI, el 86% beta-bloqueantes y 37% antagonistas del receptor mineralcorticoide. De los pacientes tratados con empagliflozina, 415 (13,8%) presentaron algún evento del objetivo primario (muerte cardiovascular u hospitalización por IC), frente a 511(17,1%) en el grupo placebo, con una reducción del riesgo relativo del 21% (p<0,001).
Este beneficio fue fundamentalmente a expensas de la reducción de la hospitalización por IC. La reducción del riesgo absoluto fue del 3,3%, con un NNT de 31 en 26 meses. La eficacia de empagliflozina fue independiente de la presencia o no de diabetes. Empagliflozina también redujo significativamente los dos objetivos secundarios confirmatorios, que eran las hospitalizaciones por IC (primera y recurrentes) en un 27% (HR 0,73, p<0,001) y ralentiza el deterioro de la función renal con cambio de la pendiente de la TFGe (-1,25 mL/min/1,73m2 al año vs. -2,62 mL/min/1,73m2 anual, p<0,001).
Respecto al objetivo renal compuesto (diálisis crónica, trasplante renal o reducción profunda y mantenida de la TFGe), exploratorio, no se observó una reducción significativa (HR 0,95) con el tratamiento activo. En cuanto a otros objetivos secundarios exploratorios, sí que se encontró una mejoría significativa en la puntuación del cuestionario de calidad de vida de Kansas, pero no hubo una reducción estadísticamente significativa en la mortalidad cardiovascular.
Este estudio confirmó el buen perfil de seguridad de empagliflozina, ya previamente demostrado en otros grupos de pacientes. Hubo una frecuencia similar de hipoglucemia y cetoacidosis entre los grupos de tratamiento. Tampoco se observó un aumento significativo de eventos adversos asociados a otros fármacos para la insuficiencia cardiaca: hipotensión, hipovolemia, hiperpotasemia. Sí que se produjo un aumento no significativo de las infecciones genitales no complicadas en los pacientes tratados con empagliflozina.
Con estos resultados, disponemos del primer ensayo clínico que muestra resultados positivos en eventos cardiovasculares en pacientes con IC y FEVI >40%. Esto supone un gran avance en el tratamiento de este grupo de pacientes, ya que, sumado al tratamiento sintomático, estilo de vida saludable, rehabilitación cardiaca y abordaje de la comorbilidad disponemos de un fármaco que puede influir de forma significativa en el pronóstico de esta enfermedad.
Referencias:
Comentario de la Dra. Carolina Ortiz Cortés
Licenciada en Medicina y Cirugía. Máster Universitario en investigación en ciencias de la salud por la UNEX. Master en Insuficiencia Cardiaca por la UIMP. Cardióloga en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca. Coordinadora del Proceso Asistencial de la Insuficiencia Cardíaca en Extremadura. Vicesecretaria de la Sociedad Española de Cardiología. Editora científica de @Cardioteca.