Infarto agudo de miocardio tipo II: Importancia en la práctica clínica habitual
Estudio que evaluó las diferencias epidemiológicas y terapéuticas entre el infarto tipo I o aterotrombótico y el tipo II o secundario a otras patologías. Los autores concluyen que este último se asocia a mayor morbilidad aunque la mortalidad ajustada de ambos es similar.
A raíz de la aparición de la nueva clasificación del infarto de miocardio, donde se divide a esta patología en función del mecanismo fisiopatológico (tipo I ó aterotrombótico, tipo II ó secundario a otra patologías como anemia, hipertensión, taquiarritmia, etc., y el resto en relación a procedimientos tanto quirúrgicos como percutáneos, incluida la trombosis del stent), se ha hipotetizado que el manejo y el pronóstico de los diferentes tipos es diferente en la práctica clínica. Este estudio recientemente publicado en Heart intenta confirmar dicha hipótesis de trabajo.
Para ello se analizaron los más de 20.000 pacientes diagnosticados de infarto agudo de miocardio durante el año 2011 en Suecia y se clasificaron adecuadamente en los 5 tipos comentados previamente. El infarto tipo I se objetivó en más del 88% de los pacientes, mientras que el tipo II únicamente en un 7%. Al evaluar las características epidemiológicas de ambos tipos, los pacientes con infarto tipo II resultaron ser mayores, con más frecuencia mujeres, presentaron más comorbilidades, peor función renal, anemia y una extensión de la necrosis miocárdica por el infarto más pequeña que los tipo I.
En cuanto a los métodos diagnósticos, los pacientes con infarto tipo II presentaron coronarias normales con mayor frecuencia (42,4% vs. 7,4%), además de ser sometidos a intervencionismo en menos ocasiones. Esto se suma a una menor frecuencia de prescripción de tratamiento antitrombótico en los pacientes tipo II.
Si se evalúa el pronóstico a largo plazo, de forma “cruda” el infarto tipo II tiene mayor mortalidad a 12 meses, situación que se nivela cuando se ajusta por posibles factores de confusión, no objetivándose diferencias a un año en la mortalidad entre ambos tipos de infarto.
Los autores, tras los resultados comentados, concluyen que los pacientes con infarto tipo II representan un porcentaje pequeño pero no despreciable del total de síndromes coronarios agudos. Estos sujetos presentan una mayor morbilidad, motivo por el que probablemente sean sometidos a tratamientos menos agresivos. Sin embargo, la mortalidad en ambos grupos no difiere considerablemente tras ajustes estadísticos. Interesantes datos que nos sitúan una realidad sobre este tipo de pacientes de manejo incierto en nuestra práctica clínica
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Comentario del Dr. David Vivas Balcones
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alcalá. Premio extraordinario en Medicina 2004. Doctor en Medicina con la calificación de sobresaliente cum laude por la Universidad Complutense Madrid. Diplomado en Estadística en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Barcelona. Médico Especialista de Área en Cardiología en el H. Clínico San Carlos de Madrid. Coordinador de la relación entre Atención Primaria y Consulta de Alta Resolución Cardiológica del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. Director del Curso Aspectos Prácticos en Cardiología Clínica. Responsable de la Unidad de Cardiología de MD Anderson, Madrid.