Se trata de un estudio observacional y retrospectivo realizado por Álvaro García-Osuna y colaboradores, que incluyó a pacientes con diagnóstico de infarto de miocardio con elevación del ST (STEMI por sus siglas en inglés). Se analizaron variables demográficas, clínicas, scores de severidad y determinaciones analíticas, con determinación de 4 biomarcadores cardiacos en las muestras extraídas en los primeros 30 minutos de atención al paciente: CT-IGFBP4, hs-cTnT, NT-proBNP) y GDF-15 con el objetivo de analizar si la adición de estos biomarcadores, bien uno a uno vs la combinación de todos ellos, a las variables clínicas, mejoraba la estratificación de riesgo a corto y largo plazo de los pacientes con STEMI.
Se estudiaron a 253 pacientes, en un único centro español, entre Enero de 2013 y Noviembre de 2014, con una edad media de 66 (55-71) años, siendo un 26.1% de mujeres. Se realizó coronariografía emergente en 249 pacientes (98.4%), con un tiempo puerta-balón fue inferior a 30min en 85.6% de los casos, con tiempo de isquemia medio de 183 min (157-315). Se realizó ICP primaria en el 94.9% de los eventos. El seguimiento posterior fue de 24 meses, observando que 33 (13.0%) pacientes fallecieron en el hospital y 22 (8.7%) en el seguimiento, siendo el 69.1% de las muertes de causa cardiovascular. De los vivos, todos completaron el periodo de seguimiento. Se registraron 75 MACE (24 intrahospitalario y 51 cardiovascular).
Sobre un modelo clínico basado en la edad, clasificación Killip-Kimball, tasa de filtrado glomerular estimada (eGFR) y frecuencia cardiaca, obtenido del análisis multivariante, la evaluación de los citados biomarcadores en combinación o ailsados demostró que:
- GDF-15 mejoró la capacidad de predecir el pronóstico de muerte cardiovascular respecto al modelo clínico aislado.
- La combinación de hs-cTnT y NT-proBNP mejoró la predicción de mortalidad cardiovascular del modelo clínico.
- Se evaluó también CT-IGFBP-4, no se asoció a una mejora significativa de los modelos de riesgo con variables clínicas y otros biomarcadores.
Se trata de un estudio llamativo por una mortalidad superior a la de otros estudios sobre STEMI, justificable por tratarse de un estudio con pacientes de alto riesgo (Killip Kimball IV 25.7%, GRACE 2.0 score medio de 179 y un 8.30% de parada cardiorrespiratoria como forma de presentación del STEMI). Según los autores, se puede deber a que el centro es un hospital de tercer nivel (referencia de otros centros) y con una población de referencia de mayor edad y con alta tasa de factores de riesgo y comorbilidades.
El presente artículo aporta información relevante sobre la utilidad de los biomarcadores en la predicción de riesgo, para su inclusión en nuevos scores. Se mejoró la estrategia de evaluación, añadiendo estos marcadores cardiacos, en el caso de mortalidad intrahospitalaria , mortalidad de origen cardiovascular y MACE; pero no en el caso de mortalidad en seguimiento y en mortalidad de cualquier causa. Es un artículo atractivo y que suscita interés por incluir los hallazgos analíticos específicos como son los biomarcadores para aumentar la precisión en la valoración de riesgo, abriendo la puerta a futuros hallazgos que incrementen la evidencia al respecto.
Referencias:
Comentario de la Dra. Sandra Santos Martínez
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Especialista en Cardiología por el Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona. Diplomada en Estadística en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Barcelona. Fellow de Hemodinámica e Intervencionismo Estructural en el Hospital Clínico de Valladolid. F.E.A Cardiología Intervencionista en Hospital Universitario de Torrevieja. Doctorando por la Universidad de Valladolid. Twitter: @drassantos