Comentario del Autor: Roberto Martínez Lacoba
La dieta mediterránea puede mejorar el estatus sanitario y reducir el coste vinculado a diferentes enfermedades. Esta dieta es un patrón alimenticio saludable que puede reducir los riesgos vinculados a padecer enfermedades no transmisibles.
En nuestro trabajo se revisan numerosas revisiones sistemáticas y metaanálisis que se centran en la dieta mediterránea y sus resultados en la salud. Entre otras cuestiones, se revisa la relación de la dieta mediterránea con la mortalidad, el asma, el cáncer, el funcionamiento cognitivo, enfermedades cardiovasculares, fracturas, la calidad de vida relacionada con la salud, la hipertensión, el síndrome metabólico, la obesidad, el peso, el índice de masa corporal, la artritis reumatoide y la diabetes tipo 2.
Tras analizar 33 artículos de los cuales 9 eran revisiones sistemáticas y 24 eran metaanálisis, los resultados obtenidos no dejan lugar a dudas: la dieta mediterránea tiene beneficios en nuestra salud. Estos resultados eran esperables y cumplíamos con la hipótesis de partida. Y no solo eso, además es una dieta sostenible desde el punto de vista medioambiental que puede aportar beneficios a las economías locales.
Es vox populi que una buena alimentación es fundamental para disminuir el riesgo de padecer diferentes enfermedades y la dieta mediterránea cumple con las características necesarias para aportarla: legumbres, cereales, vegetales, fruta, pescado, poca cantidad de carne…
Figura 1. Pirámide de la Dieta Mediterránea: un estilo de vida actual
Si además combinamos esta buena alimentación con ejercicio físico y eliminamos otros hábitos poco saludables (fumar o beber de forma excesiva) los efectos serían mayores. Como economistas de la salud, un mejor conocimiento del efecto de una buena dieta (o una mala) y unos hábitos saludables (o perjudiciales) en la salud de las personas nos viene como anillo al dedo para mejorar las estimaciones de los costes sanitarios. ¿Y si conseguimos minorar los costes sanitarios del futuro evitando (o, al menos, reduciendo) el desarrollo de enfermedades? Si hoy renunciásemos a tener un comportamiento poco saludable, mañana (en el futuro) recibiremos, probablemente, el retorno de una vida más saludable y menos costosa desde el punto de vista sociosanitario. Ese posible ahorro de recursos, la parte del coste de una enfermedad vinculada a unos malos hábitos, podría destinarse a otros fines y, además, en el camino, la vida de las personas habría mejorado. Es un escenario en el que se podría maximizar el bienestar social.
Sin embargo, y pese a todas las virtudes de la dieta mediterránea que aportan diferentes (y numerosas) investigaciones, el análisis debe ser matizado. La tendencia de la adherencia a la dieta va a la baja: el porcentaje de población (niños y jóvenes) con menor adherencia es mayor que el grupo de personas con mayor. Entre los países mediterráneos también disminuye la adhesión. La amplia expansión de la economía occidental, los cambios en la cultura urbana y tecnológica, la globalización de la producción y consumo de alimentos afectan a nuestro comportamiento alimentario y, además, amenazan la conservación y transmisión cultural de la dieta y otros hábitos tradicionales.
Los decisores políticos deben trabajar en esta línea: mejorar la adherencia a la dieta mediterránea en todos los grupos de la sociedad. No solo ganaremos en resultados sanitarios, mejoraremos nuestra economía, nuestro medio ambiente, nuestra calidad de vida y, además, no poco importante, preservaremos una valiosa herencia cultural.
Referencias:
- Eur J Public Health. - Mediterranean diet and health outcomes: a systematic meta-review.
Roberto Martínez Lacoba
Graduado en Administración y Dirección de Empresas (UCLM), Máster en Investigación Sociosanitaria (UCLM) y estudiante en el programa de Doctorado en Investigación Sociosanitaria y de la Actividad Física (UCLM). Miembro del grupo de investigación Economía, Alimentación y Sociedad (UCLM). Twitter: @RobertoMLacoba
Isabel Pardo García
Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Miembro del grupo de investigación Economía, Alimentación y Sociedad.
María Elisa Amo Saus
Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Miembro del grupo de investigación Economía, Alimentación y Sociedad.
Francisco Escribano Sotos
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Miembro del grupo de investigación Economía, Alimentación y Sociedad.