¿Por qué reingresan los pacientes tras una angioplastia?
Según un estudio recientemente publicado en Circulation Cardiovascular Interventions, la principal causa de reingreso hospitalario en los 30 días siguientes a una angioplastia es el dolor torácico. De estos pacientes, sólo un reducido grupo cumple criterios de infarto de miocardio postprocedimiento.

La angioplastia coronaria es un procedimiento ampliamente extendido con una tasa de complicaciones relativamente baja. Pese a ello, hay un número no despreciable de pacientes que precisa un reingreso hospitalario en los días siguientes a la realización de la misma. Este hecho, además de suponer un perjuicio clínico para el paciente, lleva asociado un gran coste económico. Este último aspecto es especialmente importante en Estados Unidos, donde en breve se penalizará económicamente a los hospitales con altas tasas de reingreso a los 30 días. Así pues, hay un interés creciente en esclarecer las causas de reingreso precoz, así como las posibles medidas que podrían llevarse a cabo para reducirlo.
El estudio que hoy presentamos recoge las causas de reingreso en los 30 días siguientes a la realización de una angioplastia coronaria en los dos principales hospitales de Massachusetts (Massachusetts General Hospital y Brigham and Women’s Hospital). Entre Junio de 2009 y Diciembre de 2011 se llevaron a cabo un total de 9.288 procedimientos de intervencionismo coronario percutáneo. De ellos, el 97,8% (9.081 pacientes) sobrevivió hasta el alta hospitalaria. Tras revisar las historias clínicas y bases de datos hospitalarias, se confirmaron un total de 1.007 reingresos reales en los 30 días posteriores al procedimiento. De ellos, 893 cumplieron con los criterios de inclusión, ya que se excluyeron los reingresos múltiples tras el mismo episodio, sólo aquellos pacientes que reingresaron después de diferentes procedimientos de ICP, se incluyeron en más de una ocasión. De todos los pacientes readmitidos, 858 (85,2%) fueron reingresados a través del Servicio de Urgencias. La causa más frecuente de reingreso (341 pacientes, 38,1%) fue el dolor torácico u otros síntomas relacionados con la angina. De ellos, 21 pacientes (6,2%) presentaron un nuevo infarto de miocardio. Los pacientes readmitidos con síntomas relacionados con la angina de pecho eran más jóvenes (63,7 frente a 66,8 años, p<0,001) y tenían más frecuentemente un seguro sanitario (34,3% versus 24,2%, p<0,001).
Las complicaciones de la angioplastia representaron el 6,7% de los reingresos (60 pacientes) La mayoría de los pacientes con dolor torácico (288; 84,4%) fueron sometidos al menos a una prueba de diagnóstico por imagen (ecocardiografía, SPECT, o angiografía coronaria), siendo la angiografía coronaria la prueba más frecuentemente utilizada. Sólo el 2,6% de los pacientes precisó de nueva revascularización de la lesión previamente tratada. Es por este último dato, por lo que los autores del artículo señalan, que podría ser factible implementar un protocolo o algoritmo que redujese ingresos considerados innecesarios. Consistiría en una evaluación clínica rápida de cualquier paciente con angina de pecho para detectar signos y síntomas compatibles con trombosis del stent o infarto de miocardio , incluyendo cambios en el ECG y elevación de troponina sérica. Todos los pacientes con cambios isquémicos en el ECG , o troponina positiva serían ingresados. Los pacientes con ECG inicial “tranquilizador” y troponina negativa serían evaluados por un cardiólogo en urgencias antes de su ingreso. Los pacientes considerados de bajo riesgo por el cardiólogo en base a los síntomas, la exploración, los resultados de las pruebas en urgencias y las imágenes angiográficas previas, podrían ser dados de alta directamente.
Son muchas las limitaciones de este estudio, entre las que destacan las derivadas de su diseño retrospectivo. En cualquier caso, los resultados del mismo vienen a apuntalar el hecho de que la angioplastia coronaria es una técnica segura, con una baja tasa de complicaciones mayores. Por otra parte, hemos de señalar que, aunque los algoritmos de actuación que proponen deben ser evaluados de forma prospectiva, son muy parecidos al manejo clínico que se lleva a cabo en muchos de los hospitales de nuestro país.
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