Estudio RED-HF: Tratamiento con Darbepoetín Alfa en pacientes con insuficiencia cardiaca y anemia
Resultados del estudio RED-HF que evaluó el tratamiento con Darbepoetín Alfa de pacientes con insuficiencia cardiaca sistólica y anemia leve-moderada. Los autores concluyen que el tratamiento con esta eritropoyetina recombinante no mejora el pronóstico clínico ni está justificado en estos pacientes.
La incidencia de anemia en los pacientes con insuficiencia cardiaca es elevada, variando entre el 14% y el 56%, según las series. Es, además, un factor de mal pronóstico que se asocia a menor supervivencia, mayores tasas de hospitalización y peor clase funcional y calidad de vida. Por todo ello, las guías de insuficiencia cardiaca de la ESC indican la necesidad de corregir el déficit de hierro y otras posibles causas de anemia. Estas mismas guías señalan que el papel de los agentes estimulantes de la eritropoyesis en el tratamiento de estos pacientes no ha sido aún bien definido. Para esclarecer este último punto surge el estudio Reduction of Events by Darbepoetin Alfa in Heart Failure (RED-HF). Es un estudio multicéntrico e internacional, aleatorizado, doble-ciego y controlado con placebo, que incluyó a pacientes sintomáticos con disfunción ventricular (NYHA II-IV y FEVI≤40%) y anemia leve-moderada (Hb 9-12g/dL). El objetivo primario fue la variable combinada de muerte de cualquier causa o primer ingreso por empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. Un total de 2.278 pacientes fueron incluidos, 1.136 aleatorizados al grupo de tratamiento y 1.142 al grupo de placebo. Los criterios de exclusión contemplaban causas corregibles de anemia, saturación de transferrina <15% y niveles de creatinina >3mg/dL. Se trató a los pacientes cada 15 días el primer mes y posteriormente mensualmente con dosis protocolizadas para una Hb objetivo entre 13 y 14,5 g/dL. Se realizó un análisis por intención de tratar. Respecto a los resultados, no se encontraron diferencias significativas en el objetivo primario (50,7% en el grupo de tratamiento vs. 49,5% en el grupo placebo, p=0,87). Tampoco se encontraron diferencias significativas en los objetivos secundarios de muerte de causa cardiovascular (34,2% grupo Darbepoetín vs. 32,95% grupo placebo, p=0,56) ni en la variable combinada de muerte de causa cardiovascular o primera hospitalización por empeoramiento de la insuficiencia cardiaca (45,2% vs. 44,3% p=0,92). Sí hubo diferencias significativas en la mejora de la calidad de vida medida según el Kansas City Cardiomyopathy Questionnarie (+6,20 puntos grupo tratamiento vs. +3,91 puntos grupo placebo p=0,01), si bien los propios autores dudan de la trascendencia clínica de estos hallazgos. Respecto a los efectos secundarios se detectaron más eventos embólicos en el grupo de tratamiento (13,5% vs. 10%; p=0,01) así como una mayor incidencia de ictus isquémico (4,5% vs. 2,8%; p=0,03). A la vista de estos datos, los autores concluyen que los resultados no apoyan el uso de Darbepoetín Alfa en pacientes con insuficiencia cardiaca sistólica y anemia leve-moderada. Hacen referencia a que si bien en estudios observacionales el aumento de 1g/dL de Hb se asoció a disminución de la mortalidad de cualquier causa, este beneficio no se objetivó en el grupo de tratamiento (Hb tras seguimiento: 13 g/dL grupo tratamiento vs. 11,5 g/dL placebo p<0,001). A la vista de estos hallazgos, sugieren que los niveles bajos de Hb podrían constituir un marcador subrogado de mal pronóstico y no una diana terapéutica en los pacientes con insuficiencia cardiaca. Por nuestra parte, cabe resaltar que los resultados de este estudio son concordantes con los de otros similares publicados previamente. De esta forma el estudio STAMINA-HeFT también ensayó el uso de Darbepoetín alfa en pacientes con FEVI≤40% y Hb 9,5-12g/dL; aunque el tamaño muestral era mucho menor (n=319), no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en mortalidad, reingreso ni mejora de clase funcional. Por otra parte, los estudios TRIAL y CHOIR en los que administró Darbepoetín alfa a pacientes con insuficiencia renal y anemia, no objetivaron mejora en el pronóstico cardiovascular; además, se asociaron a mayor riesgo de stroke (estudio TRIAL) y a una tendencia a mayor mortalidad (estudio CHOIR). Así pues, si bien la anemia constituye una comorbilidad importante en la insuficiencia cardiaca, el empleo de estimulantes de la eritropoyesis parece aportar más sombras que luces al pronóstico de estos pacientes.
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