Cuando el mensaje no llega: Conocimiento sobre su enfermedad en pacientes cardiológicos

Cuando el mensaje no llega: Conocimiento sobre su enfermedad en pacientes cardiológicos

Comentario del Autor: Dr. Manuel Barreiro Pérez

Los facultativos estamos acostumbrados a recibir recomendaciones y consejos de las guías de práctica clínica y grupos de expertos. Tan acostumbrados estamos, que a veces no les prestamos la atención suficiente, y así está estudiado y publicado en múltiples trabajos que analizan el impacto o implantación de medidas concretas entre cardiólogos.


Cuando el mensaje no llega: Conocimiento sobre su enfermedad en pacientes cardiológicos

De igual forma, existen publicaciones evaluando el conocimiento y aplicación de ciertos aspectos netamente cardiológicos entre profesionales de medicina general. Pero en esta cadena del conocimiento queda por evaluar el último eslabón, el paciente. No podemos olvidar que el paciente es el portador último de su salud y su enfermedad, que será quien escoja entre una u otra opción terapéutica y que participará, o no, en su tratamiento y evolución. Un paciente sin la información suficiente no puede evaluar el problema de una forma global y a largo plazo. Sin interiorizar ciertos aspectos, no puede sopesar la importancia de esos cambios de vida que le exigimos en consultas de pocos minutos.

Fruto de la observación en la práctica clínica diaria, y con esta filosofía de telón de fondo, nos planteamos valorar el nivel de conocimiento que tienen de su enfermedad los pacientes ingresados en nuestra unidad. Para ello entrevistamos a 100 pacientes ingresados en nuestro centro (nivel terciario). La entrevista fue verbal sobre un modelo de encuesta de respuesta cerrada diseñada a tal efecto (disponible en el artículo original). El paciente previamente había recibido información sobre su patología y motivo de ingreso; se realizó el programa de acogimiento de enfermería, recibiendo por escrito el destino de ingreso y datos del médico responsable asignado, que visitó e informó al paciente a diario; así como recibió información y cumplimentó los consentimientos informados correspondientes.

Entre los resultados hallados caben destacar que un 11% no conocían el motivo de su ingreso, un 19% no sabían definir en qué servicio hospitalario se encontraban ingresados. El 61% desconocían el nombre de su médico responsable y el 24% no sabían decir que tipo de enfermedad cardiológica padecían. El 29% no sabía definir qué tipo de tratamiento se aplicaría en su caso, el 23% no sabía definir la gravedad real y un 29% la consideraba inferior. El 22% no pudo determinar si su enfermedad sería relevante en su pronóstico y el 29,7% consideraba que no cambiaría sus hábitos, a pesar de estar indicado según su patología. El mayor desconocimiento se vio asociado estadísticamente al grupo de bajo nivel de estudios (Sin estudios-Sin graduado escolar). El sexo femenino, una mayor edad, pertenecer a los sectores primario y secundario, vivir en entorno rural y haber ingresado con carácter urgente mostraron una tendencia a un mayor nivel de desconocimiento sin alcanzar significación estadística.

Está claro que es difícil obtener conclusiones de estos datos, ya que no conocemos cuales serían los datos óptimos y tampoco existe literatura que lo avale. Sin embargo impresiona que en nuestra serie los pacientes presentaban un nivel de conocimiento insuficiente de su enfermedad. Otros autores han comunicado previamente como bajos niveles de autocuidado se asocian a un peor nivel de control de la hipertensión arterial; así como se evidencia con la utilización de programas de educación, una mejoría en el nivel de conocimientos en cardiopatía isquémica, en la calidad de vida y número de reingresos por insuficiencia cardiaca y en calidad de vida y morbi-mortalidad en diabetes mellitus. Por otro lado, analizando la información a la que podría acceder el paciente, existen estudios que evalúan la falta de calidad de la información disponible en internet sobre ciertas patologías.

Creemos que investigar estos aspectos debería formar parte de los programas de calidad hospitalarios para posteriormente corregir posibles deficiencias. En un marco ideal y teniendo en cuenta resultados ampliamente publicados, estas mejoras deberían ser implementadas en el marco de programas de rehabilitación cardiovascular y consultas de enfermería especializada. Desafortunadamente, y teniendo en cuenta el contexto que nos rodea hoy en día, la información sobre enfermedad cardiovascular del paciente dependerá en gran medida del médico, y de la importancia que otorgue al conocimiento del paciente sobre su enfermedad.

Enlaces:

  1. Rev Esp Cardiol - Grado de conocimiento sobre su enfermedad cardiaca entre los pacientes hospitalizados »

Sobre el Autor

Dr. Manuel Barreiro Pérez

Manuel Barreiro Pérez es licenciado en Medicina por la Universidad de Salamanca. Máster Universitario en Investigación en Medicina por la Universidad de Oviedo.

Diplomado en Estadística de Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente realizando estudios de Doctorado por la Universidad e Oviedo y MIR de Cardiología en el Hospital Universitario Central de Asturias (Periodo 2009-2014).

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