El prolapso de la válvula mitral (PVM) es una enfermedad que ha sido reconocida por más de seis décadas, reportes iniciales basaban su diagnóstico en la presencial de un soplo/click sistólico tardío a la auscultación cardiaca, siendo utilizado como prueba diagnóstica confirmatoria para este momento la angiografía ventricular izquierda; posteriormente contamos con la posibilidad de usar estudios de ecocardiografía inicialmente modo M y posteriormente 2D, posicionándose como la prueba de elección hasta la actualidad.
El PVM es la causa más frecuente de insuficiencia mitral que se refiere a los grupos de cirugía cardiovascular, tiene una prevalencia estimada del 2 al 3 % (1) en la población general, si bien, hay registros que reportan hasta un 17 %, esta diferencia probablemente es explicada por la naturaleza compleja del aparato valvular y subvaluar mitral, siendo actualmente descrita como una estructura en forma de silla de montar o esquí, representando un reto su evaluación y arrojando resultados muy variables según la técnica y criterios diagnósticos empleados.
La historia natural de la enfermedad nos ha mostrado que en paciente no tratados con insuficiencia mitral (IM) severa el 90 % requirió cirugía o murió a 10 años, acompañándose en el camino de comorbilidad cardiovascular como fibrilación auricular en cerca de un 30 % y falla cardíaca en 63 % las cuales hacen el pronóstico aún más oscuro (2). Ver gráfica 1.
Es por este motivo que realizar un reconocimiento temprano, clasificación de etiología y determinar de forma oportuna el tiempo de intervención, permiten lograr muy mejores resultados en el curso clínico de esta enfermedad; no obstante, hay incertidumbre respecto a la precisión y la reproducibilidad de estrategias de predicción del momento óptimo de intervención; siendo de valiosa importancia y utilidad desarrollar herramientas que orienten al clínico con puntajes de clasificación y predicción de riesgo el riesgo durante intervalo de decisión.
Diferentes estrategias se han desarrollado para orientar la toma de decisiones y clasificación de paciente con insuficiencia mitral, uno de ellos es el MIDA Score (4) el cual evaluó 680 pacientes con insuficiencia mitral y falla cardíaca a quienes se llevaron a MitraClip, demostrando su utilidad como predictor de mortalidad. Diferentes estudios han observado que el riesgo del PVM no se limita a su severidad y síntomas, es por este motivo que el MIDA – Q Score, surge como una alternativa para identificar pacientes de mayor riesgo por medio de determinantes de riesgo no habituales.
Problema: El manejo actual del prolapso de la válvula mitral se fundamenta en la severidad de la insuficiencia mitral, síntomas y riesgo quirúrgico y esta estrategia es aceptada en las distintas guías de práctica clínica, no obstante, se han descrito pacientes con mayor riesgo de muerte, que no se logran clasificar apropiadamente por medio de estrategias tradicionales, siendo expuestos a un mayor riesgo
Vacío en el conocimiento: ¿podemos utilizar una herramienta de fácil uso, disponible, que identifique a pacientes con alto riesgo, y permita determinar el mejor momento de intervención al ser utilizada en todo el espectro del PVM?
Comentario artículo: El puntaje de riesgo de mortalidad MIDA-Q (5)
El nuevo registro internacional de insuficiencia mitral con base de datos cuantitativos (en inglés MIDA-Q) fue multicéntrico internacional desarrollado en cinco centros en Estados Unidos, Holanda, Francia e Israel; enroló 8187 pacientes consecutivos entre el 2003 y 2020, los cuales tenían una edad promedio de 63+/- 16 años, 48 % eran mujeres y se realizó seguimiento durante 5,5 +/- 3,3 años; a quienes se le diagnosticó PVM aislada con IM cuantificada prospectivamente por medio de orificio regurgitante efectivo (ERO) y volumen regurgitante, integrándolo a marcadores de resultados basados en las guías. El MIDA – Q nos da un puntaje de 0 a 15, el resultado primario fue sobrevida a largo plazo bajo manejo médico. Ver grafica 2.
En sus resultados se encontró que por cada punto del score demostró una asociación de la mortalidad con un Hazard ratio (HR) 1,16 (1,15 – 1,18) por cada aumento de un punto; en el análisis por subgrupos mostró persistencia de su asociación con mortalidad en todos los grupos, indistintamente de riesgo quirúrgico por EuroScore II, y severidad. Identificó tres grupos de riesgo según intervalo de puntaje así: 0-2 (sobrevida 96 %), 3-8 (sobrevida 64 %) y ≥ 9 (sobrevida 39 %). Al cabo del seguimiento a 32 % de los participantes se les realizó cirugía y 22 % murieron.
Conclusión: El puntaje MIDA – Q score al momento del diagnóstico tiene una fuerte e independiente asociación de sobrevida a largo plazo al diagnóstico en sujetos con PVM con tratamiento médico.
Bibliografía:
- Delling FN, Rong J, Larson MG. Evolution of Mitral Valve Prolapse: Insights From the Framingham Heart Study. 2016 Apr 26;133(17):1688-95.
doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.115.020621. Epub 2016 Mar 22.
- El Sabbagh A, Reddy YNV, Nishimura RA. Mitral Valve Regurgitation in the Contemporary Era: Insights Into Diagnosis, Management, and Future Directions. JACC Cardiovasc Imaging. 2018 Apr;11(4):628-643.
- doi: 10.1016/j.jcmg.2018.01.009.)
- Kavsur R, Spieker M, Iliadis C. Mitral Regurgitation International Database (MIDA) Score Predicts Outcome in Patients With Heart Failure Undergoing Transcatheter Edge-to-Edge Mitral Valve Repair. J Am Heart Assoc. 2021 Jul 6;10(13): e019548.
doi: 10.1161/JAHA.120.019548. Epub 2021 Jun 30.)
- Essayagh B, Benfari G, Antoine C. The MIDA-Q Mortality Risk Score: A Quantitative Prognostic Tool for the Mitral Valve Prolapse Spectrum. Circulation. 2023 Mar 7;147(10):798-811.
doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.122.062612. Epub 2022 Dec 27.
Referencias:
- Circulation. - The MIDA-Q Mortality Risk Score: A Quantitative Prognostic Tool for the Mitral Valve Prolapse Spectrum.
Comentario por Luis Alfonso Fajardo Andrade