La anemia es común en los pacientes con enfermedad renal crónica, mediada por descenso de eritropoyesis, déficit absoluto o funcional de hierro y otros múltiples mecanismos fisiopatológicos. A medida que la enfermedad renal progresa, su incidencia aumenta con un impacto negativo en el pronóstico.
El estudio multicéntrico DAPA-CKD aleatorizó a una población de 4304 pacientes con enfermedad renal crónica (filtrado glomerular 25 a 75 ml/min/1,73 m2 y cociente albuminuria/creatininuria 200 a 5000 mg/g) con o sin diabetes tipo 2 a ser tratados con dapagliflozina 10 mg/día o placebo, demostrando un efecto positivo del tratamiento sobre la morbimortalidad renal y cardiovascular.
De cara a realizar un análisis exploratorio posthoc sobre su efecto en la corrección o prevención de la anemia, se midió el hematocrito al inicio del estudio, a las 2 semanas, a los 2 y 4 meses, y posteriormente cada 4 meses. La anemia se definió como un hematocrito inferior al 39% en los hombres y al 36% en las mujeres. La corrección y la incidencia de la anemia se definieron como dos mediciones consecutivas por encima o por debajo de estos umbrales en relación con el valor basal durante el seguimiento. Además, se clasificaron los acontecimientos adversos relacionados con la anemia de acuerdo con la asignación realizada por los investigadores.
La edad media de los pacientes fue de 61,8 años, el 67,5% eran diabéticos y un 40% presentaba anemia basal. Entre los anémicos existió mayor incidencia de diabetes, menor filtrado glomerular, mayor cociente de albuminuria/creatininuria y mayor uso de ferroterapia y estimuladores de eritropoyesis (3,7% y 16,7% respectivamente, 1% y 4,4% en no anémicos). El objetivo primario del estudio (descenso de > 50% del filtrado glomerular, progresión a enfermedad renal terminal y muerte por causa renal o cardiovascular) se observó en el 17,1% de los pacientes con anemia basal y en un 8,3% de los pacientes no anémicos, confirmando su impacto en el pronóstico.
Durante una mediana de seguimiento de 2,4 años, los pacientes asignados a dapagliflozina aumentaron su hematocrito un 2,3% (IC 95%: 2,1-2,5) respecto a placebo. La máxima diferencia se observó a los 4 meses de seguimiento manteniéndose posteriormente estable hasta el fin del estudio. Un 69% de los pacientes asignados a dapagliflozina aumentaron su hematocrito ≥3% (asimilable a 1 g/dl de hemoglobina) por un 37% de pacientes del grupo placebo (HR 2,57; IC 95% 2,35-2,81).
Entre los 1716 pacientes con anemia al inicio, se observó corrección en el 53,3% de los tratados con dapagliflozina y en el 29,4% de los pacientes con placebo (HR 2,29; IC 95%: 1,96 a 2,68). Entre los 2576 pacientes sin anemia al inicio del estudio, un 10,4% de los pacientes asignados a dapagliflozina desarrollaron anemia incidente, frente al 23,7% de los asignados a placebo (HR 0,39; IC 95%: 0,31- 0,48).
Se produjeron acontecimientos adversos relacionados con la anemia en un 2,2% de los pacientes asignados a dapagliflozina en comparación con el 3,8% asignados a placebo. Los efectos de dapagliflozina en la corrección y prevención de la anemia fueron consistentes en pacientes con y sin diabetes.
El perfil de seguridad de dapagliflozina fue el ya conocido sin eventos graves asociados a su uso.
En conclusión, este análisis exploratorio sugiere que dapagliflozina se asocia a la prevención y corrección de la anemia en pacientes con enfermedad renal crónica con y sin diabetes. Este efecto podría asociar un importante impacto pronostico y, tal y como sucede en la insuficiencia cardiaca, ser un punto clave más a la hora de priorizar el tratamiento con iSGLT2 en un espectro clínico cada vez más ubicuo.
Referencias:
- New England Journal of Medicine Evidence. - Dapagliflozin and Anemia in Patients with Chronic Kidney Disease